EL AGUA CORRIÓ PABAJO, COMO TIENE QUE SER
Por Andrés Pascual
Por influencias que nadie entiende, la crónica beisbolera de Estados Unidos y la de Latinoamérica se han empeñado en edulcorar la realidad de la fortaleza del beisbol, por lo que es común leer u oír que Japón, Corea… son superpotencias del juego. Para incidir en la barbaridad como justificación, los orientales ganaron dos Clásicos, con lo que le dieron la razón a quienes los expusieron a consideraciones sacrílegas.
Por otro lado Cuba, que le tejieron una aureola de grandiosidad que parecía que corría 1957, 60… en el caso del beisbol castrista, era muy frecuente leer que se encontraba en el # 1 del ranking de la IBAF.
Por escribir algo, porque se remunere, porque se oriente contribuir a como de lugar a la construcción de lo competitivo de un fraude como el Clásico, no pueden hipotecarse ni la moral del cronista ni la credibilidad, semejantes opiniones, desde el 2006, son ridiculeces de primera categoría.
En el Oriente “se juega una especie de pelotica por peloteritos” comparado con el área caribeña y con USA, sus campeonatos son rellenados con importados-descartes del BEISBOL ORGANIZADO que juegan en plano de estrellas cuando por aquí no puede hacerlo en clase A.
La promoción a la cañona del equipo de los Castro no tuvo comparación: “el poderoso, el fortísimo…” desmostrando un desconocimiento absoluto de la realidad de un país que ya no es ni la sombra de lo que fue en el juego.
Ni la retahila de derrotas de los últimos 7 años, con 6 consecutivas contra Holanda, les abrió las entendederas y prefirieron persistir en ridiculeces fuera de tono y forma. En el caso de la ex Isla bella ya no cabe ni lo de tradición, que se ha visto pisoteada por otros intereses aplicados al deporte en perjuicio del beisbol.
Los europeos y Australia son una desverguenza general: equipos confeccionados con atletas cuyos ancestros pudieran estar en aquellos países, pero sin obligación, incluso manipularon a España tan fraudulentamente que la llenaron de peloteros negros de Cuba y, hasta donde yo sé, el origen del negro no es latino, sino africano, que no por gusto en este país le anteponen la raíz afró al gentilicio “afro-americano”.
Todo esto coloca en hazmerreir las expresiones de “no es lo mismo jugar por su patria o defender su bandera…” dichas por la prensa o por algunos jugadores, cuando de “postizos”, que ni habían visto al país que representaron, se trataba.
Es, sin duda, parte del plan maquiavélico de Bud Selig y las Federaciones para seguir “cogiendo billetes”. Estos elementos acaban de dar el parte del éxito en asistencia del evento, solo porque los boricuas y los dominicanos de Miami y sus alrededores colmaron el Marlins Park como apoyo a sus clubes, dándole continuidad al ya histórico enfrentamiento entre ambos países.
Pero este año el agua siguió su curso histórico y natural con dos países del Caribe discutiendo el campeonato…
Beisbol, en estos tiempos, es Venezuela, Dominicana (en la foto celebra el triunfo en el juego final ante Borinquen), Puerto Rico y USA, antes también, pero con Cuba, y México rezagado de la vanguardia por la pugna de intereses entre la Federación y la Liga Mexicana.
A simple vista, salta la clase sin necesidad de husmear tanto: las Grandes Ligas son estos países. El Asia, como el mulo de la campana en el arria, detrás…
Si algo dejó claro el Clásico es que, aún sin la fuerza tradicional, real e histórica de EUA, o sin la preparación adecuada todos, incluso con dificultades para adaptarse a series cortas, como Venezuela, el nivel de juego, la clase individual y colectiva y la docencia académica está en estos cuatro países más México.
Que dos de ellos dirimieran la final no es un logro, sino la confirmación de todo lo que dije.
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