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BEISBOL 007

LOS “MANCOS” NO TIENEN ESTRELLAS EN EL FIRMAMENTO DE LAS GRANDES LIGAS

mike trout fildea la buena

 

Por Andrés Pascual

¡Cuidado al exagerar el elogio! esta semana encontré dos cohetes que se desbordaron sin mirar a los lados; el primero, un “hombre nuevo” de esos que, por militancia o simpatía, cada vez se hunden más en el ridículo y la verguenza absoluta, paisano de Joel Casamayor que escribió debajo de un viejo comentario mío favorable al Cepillo, quizás porque me confundió con Ebro, Águila, Marino Martínez u otro plumífero “quedadito o enviado” que por estos lares merodean en las editoriales de libelos: “eres el más grande porque dónde has llegado ningún cubano ha podido…” yo no trato de convencer a esta gente, que lo mate otro, pero todos los días rezo porque se escape un tiro y le parta la cabeza en dos, así voy por estos caminos con el Diablo al lado, que anda suelto y nadie puede esconderse ¡Si hasta en la Iglesia se coló de “mandante” un brujo de la novena de Satanás…!

El otro fue Amaury Pi, narrador cubano de amplia trayectoria y prestigio para clubes de Grandes Ligas que, por simpatía regional o por obligación hecha o impuesta en la zona deportiva que frecuenta, tuvo poco tino al comentar sobre peloteros que le simpatizan sin ningún control en el elogio, sin cuidarse del qué dirán por los comentarios, más que exagerados extraños para quien se supone que debe saber del “pi al pa” en el negocio.

Una de las exageraciones de Amaury es llamar “estrella” a todos los cubanos que están en Grandes Ligas, no importa si están debutando, son estrellas y se acabó.

Todavía peor que el castro-comunista mexicano Jesús Rubio, que llama “prospectos” a todos los jugadores que llegan de la Isla que han firmado, jueguen o no en las Mayores, algunos al borde del release incondicional por bajo rendimiento y sin posibilidades de improvisar como “material de uso en las Menores” aunque sea…

¿Cómo es posible que se considere estelar a un jugador que aún no cumple la edad de retiro (cinco años jugando como bigleaguer), ni tiene guarismos sostenidos para competir contra las estrellas de antes o de la actualidad? Vamos Amaury, con menos de .280, de 35 jonrones y algo más que el medio centenar de empujadas y solo dos campañas en uniforme de Grandes Ligas no es una estrella ni Céspedes ni nadie.

Más arriesgada la calificación a un cubano, que tiene que aprenderlo todo. Jugadores de condiciones algunos, con posibilidad de desarrollar al estrellato si logran pulirse sí, pero hasta ahí.

Hasta el fenómeno José Fernández es solo un novato de condiciones que pudiera… pero todavía, porque le falta tiempo de trabajo y porque no ha subido al box como un número vigilado en la computadora del scout contrario ¡Por favor!

El caso a mano es Cabrera por un material que escribí sobre el MVP, que no cuestiona la capacidad ofensiva de quien es el slugger más imponente en Grandes Ligas desde Mike Schmidt y, posiblemente, mejor que el cuáquero.

¿Qué pasa cuando alguien de los medios tiene opiniones como las de Amaury? Que se arriesga a que no se le vuelva a tomar en cuenta con la seriedad que se supone debería inspirar, porque no es posible.

Bien, TROUT (en la foto), MEJOR QUE CABRERA Y QUE DAVIS, por lo que “le he visto hacer… ¡Figúrate!”, con eso cree que se impone al que no ha visto al muchacho…

OK, yo lo he visto lo suficiente por televisión, un buen pelotero, valioso, pero ni la chancleta de Cabrera, uno de los últimos monstruos de la estaca…

Para hablar de Miguel Cabrera primero hay que lavarse dos veces los dientes con Colgate y después enjuagarse con Listerine sin sabor, que es el bueno aunque “pique”, nadie puede salir por ahí pa’llá pretendiendo vender oro a precio de pata de puerco y después tratar de imponer respeto entre los fanáticos y colegas.

Ni Davis, la novedad en la artillería pesada del Baltimore, alcanza pa’l desayuno en la competencia contra el venezolano.

Incluso a la hora de comparar a Mike Trout con Mays, Dimaggio, Mantle… hay factores en contra del outfielder que juega para Arturo Moreno, porque el muchacho es de cañón de bajo poder de fuego, suficiente demérito como para desconsiderarlo en el rango de “five tools player” o, como decimos en Cuba, pelotero completo.

En mi libro un jugador puede tener problemas con la curva, puede tener problemas con lanzamientos en una zona, pero tiene que tirar con un cañón de gran calibre para que entre al grupo de los más grandes.

En los anales de beisbol, fildeadores extraordinarios no tenían el brazo que amparara la atrapada soberbia y monumental, fueron, son buenos, pero no la excelencia de la defensa, porque sin brazo no se puede, máxime cuando el fildeo notable complica la situación del que atrapa al lado o sobre la cerca con hombres en bases, porque no habrá Dios que impida el avance a la base inmediata.

En Cuba, Huesito Vargas fue un fenomenal fildeador de brazo flojo, como Alejandro Oms, incluso Sandy Amorós, al que lo compuso un poco para que pudiera jugar el famoso staff de trainers de outfielders de los Dodgers de Brooklin, que tenían métodos especiales de trabajo para que un jardinero pudiera sacar outs y los corredores no le convirtieran los senderos en un relajo. Pese a la ayuda, muy joven tuvo que moverse a la inicial.

Además, el Héroe de la Serie Mundial de 1955 jugaba el left, de menos distancia para efectuar el obligado tiro de relevo al infield y apoyado por el Duke en el centro.

Trout, por mucho que lo cañoneen no cabe ahí; aunque Amaury Pi haya firmado una nota-declaración que es un desparpajo.

Los mancos no son inmortales ni capaces de sustituir en un ALL STAR idílico a nadie, es la ley del juego y no se puede cambiar.

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