Biografia: Willie Rosario "Mr. Afinque"
A sus 74 años de edad, el veterano percusionista aún mantiene viva la más arraigada tradición del quehacer salsero, ostentando una agrupación que por más de cuatro décadas ha cultivado un historial musical colmado de éxitos.
Su propuesta artística, montada sobre el patrón armónico de cuatro trompetas y un saxofón barítono, se consolidó temprano en los años 60, luego de haberse nutrido de múltiples experiencias como líder de orquesta y bajo la sombra de la agrupación de Johnnie Seguí.
Se formó como guitarrista
Natural del pueblo de Coamo, donde nació el 6 de mayo de 1930, en la calle Ramón Emeterio Betances, Fernando Luis Rosario Marín, su nombre de pila, comenzó sus pasos en la música atraído por el sonido de la percusión.
Recuerda que al salir de la escuela, con siete años de edad, solía entretenerse tocando sobre unas latas de galleta en el balcón de su casa, imitando el sonido de las orquestas de Rafael Muñoz y el Sexteto Puerto Rico.
Su madre, asombrada por la pasión artística del niño, no dudó en enviarlo a estudiar guitarra, tan pronto se anunció en su pueblo la inauguración de la primera escuela de música, en el año 1942.
Para entonces, Willie Rosario tenía 12 años de edad y aprendió a solfear y familiarizarse con el valor de las notas musicales gracias al empeño del profesor Juan Suárez, el único maestro de música que había en el pueblo.
"Las clases tenía que tomarlas fuera del salón porque cuando se creó la escuela yo estoy graduándome de noveno grado y estaba pasado de edad. Sin embargo, Juan Suárez me atendía detrás de la cortina donde estudiaba Bobby Valentín, Willie Rodríguez, Luis Manuel Rodríguez y Carlos Luis Martínez ('Coamito')", comenta.
Recién cumplidos sus 15 años de edad, logró su primera experiencia musical junto a un grupo de amigos de su pueblo que habían formado el Conjunto Coamex y en el que necesitaban un bajista.
"Yo sabía un par de tonos en la guitarra y cuando hacen el grupo no hay quien tocara el bajo, y yo lo hice tocando los acordes de la guitarra", asegura.
Esa experiencia, aunque efímera, fue importante en su formación y determinante para lo que años más tarde desarrollaría en la ciudad de Nueva York.
Obrero, militar, artista y periodista
Willie Rosario abandona el país junto a su familia en el año 1947, como consecuencia de la estrechez económica de la época, situándose en la "Gran Manzana" al igual que otros miles de puertorriqueños para quienes la emigración representó una alternativa para mejorar su condición de vida.
A su arribo a Estados Unidos trabajó de obrero en el Departamento de Correos de la Joyería Cartier –ubicada en el privilegiado sector de la Quinta Avenida de Manhattan–; también laboró en la fábrica de gabinetes de oficina Arts Steel Company y fue comisionista de bodegas. Años más tarde, se enlistó en el ejército, justo en el periodo en que se gestó la agresión contra Corea.
Siendo militar, Willie Rosario fue de visita en una ocasión al salón de baile El Palledium y quedó deslumbrado al ver a Tito Puente tocando los timbales de pie.
"Nunca lo había visto (a Tito Puente) y me entusiasmó su estilo, por lo que decidí que quería aprender a tocar percusión y comencé clases con un judío que se llamaba Henry Adler y con un músico famoso de esos años de nombre Willie Rodríguez, hermano de Augusto Rodríguez, el fundador del coro de la Universidad de Puerto Rico", narra.
Tras concluir sus años de soldado, en 1952, regresó a Puerto Rico a visitar a su familia, estadía que se prolongó por un año al ser convidado a formar parte de la orquesta Fiesta, en calidad de baterista, sustituyendo a Mon Rivera.
"Cuando llegué a Coamo había varios muchachos del pueblo que habían hecho un grupo. Estaba 'Coamito', Waldo Seda y Luis Guillermo Ortiz, y con ellos estuve un año y también hice algunas cosas con tríos y conjuntos de poco reconocimiento y sin nombre", dice el músico, quien retornó a Nueva York en 1953 para cumplir unos compromisos con la orquesta Fiesta y decidió no regresar a Puerto Rico.
Ese mismo año conoció a Johnnie Seguí, quien le ofreció trabajo en su orquesta, que para entonces había establecido una pauta en la sonoridad latina, al armonizar su grupo con el sonido de cuatro trompetas antes de que esa fórmula fuera utilizada por Tito Puente y Tito Rodríguez.
"Ahí tuve mi escuela. Aprendí de la disciplina de una orquesta, a ser responsable, honesto, a manejar un grupo y a vestirme bien. Ésa fue la base para formar mi agrupación", sostiene.
Junto a Johnnie Seguí grabó el álbum "Cha cha chá", recordado por los éxitos "El bodeguero", "Duerme" y "Tati", un tema de Rafael Hernández. También hizo varios discos de 78 y 45 rpm, en los que se destacaron las melodías "Malcriada" y "Nicolasa".
En esos años también colaboró con el conjunto de Joe Quijano y el grupo del pianista venezolano Aldemaro Romero, de lo que afirma "fueron experiencias de un tiempo".
Mientras se desempeñaba como músico, Willie Rosario decidió cursar estudios universitarios e ingresó a la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Gannon, en la ciudad de Erie, en Pennsylvania, donde se especializó en periodismo radial. Como reportero obtuvo su primera oportunidad laboral en la estación radial WALO, de Nueva York, donde se inició en un programa de recetas de cocina en compañía del conocido músico Machito Grillo y su hermana Graciela.
Esa experiencia le permitió, además, conocer a los más distinguidos músicos de la época y establecer con solidez su nombre en las listas de las figuras más destacadas del mundo musical latinoestadounidense.
Marcando el ritmo
El trabajo musical de Willie Rosario es fiel a la tradición de las orquestas bailables.
Confiesa que Tito Puente le recomendó que siempre procurara que su nombre y su foto encabezaran la carátula de sus discos porque, según recuerda las palabras del "Rey del Timbal", "no es que uno sea egoísta ni mala gente, pero pon sólo tu nombre en la carátula porque tú siempre vas a estar ahí y cuando pones el nombre de un cantante ellos se levantan un poco y se creen que son la orquesta".
A finales de los años cincuenta fungió como timbalero designado en las orquestas de Tito Puente y Tito Rodríguez, de quienes confiesa haber aprendido "cómo hacer esa clase de música, aunque luego nuestra generación elaboró su propio sonido y estilo".
El artista asegura que nunca le interesó destacarse como solista en su propia orquesta, más se concentró en armar un sonido orquestal en la que los músicos lograran un desempeño honroso supeditado al patrón armónico de la pieza.
Uno de los momentos más duros de su carrera musical ocurre cuando lo desplazan de la dirección de la orquesta en el Club Caborrojeño porque, señala, en ese tiempo su mamá estaba muy enferma y necesitaba el trabajo.
La diferencia del tiempo de entrada de Gilberto Santa Rosa y Tony Vega a la orquesta fue de meses, igual que sus respectivas salidas.
Los éxitos "Lluvia" y "Botaron la pelota" no fueron considerados para incluirse en una producción discográfica, pero la reacción del público fue tan favorable que se decidió grabarlos.
Con la salida de Gilberto Santa Rosa también se produjo la partida de Jimmie Morales (conga), Tito Echevarría (bongó) y Mario Viera (coro).
Cuenta Willie Rosario que cuando Tony Vega abandonó la orquesta Junior Rosado, que estaba a cargo del sonido, completó la sección de coros cantando detrás de una cortina.
Tony Vega regresó al grupo al poco tiempo de su partida, aunque se trató de una presencia efímera.
La orquesta de Willie Rosario fue nominada a un premio "Grammy", en 1987, por su álbum "Nueva Cosecha", en el que cantan Gilberto Santa Rosa y Tony Vega, compitiendo con Mario Bauzá, Willie Colón y Rubén Blades.
La orquesta se mantiene vigente con la participación de los cantantes Canito Rodríguez ("El Canito de Sabana Seca"), Omar Negrón y David Anastacio.
Arquitecto de un sonido diferente
Fue en el año 1958 cuando el timbalero Willie Rosario se aventuró a crear su propia agrupación, una vez que el músico Johnnie Seguí, con quien trabajó desde 1953, decidió disolver su grupo para regresar a Puerto Rico.
En aquel momento, armó una banda con la mayor parte de los músicos de Seguí y se lanzó a "tocar en la calle", dando a conocer su proyecto en algunos de los más reconocidos salones de baile de la época, como el Casino Broadway y el Monte Carlo.
Su mejor momento, en cambio, lo logró como orquesta de planta en el Club Caborrojeño, ubicado en la calle 145 y Broadway, y en la que alternó con el grupo de Joe Valle por espacio de cuatro años.
"Cuando me dan el contrato en el Caborrojeño me exigieron que había que tener un cantante de mucha fama porque allí estaba Joe Valle que era una de las voces más privilegiadas que había en el ambiente. Yo acepté que fuera así porque lo que quería era tener la oportunidad de estar en el club, que era de los más visitados", asegura el artista, quien durante el periodo que permaneció en el club acompañó a figuras como Vitín Garay, Chivirico Dávila y Yayo El Indio.
Este último, que hasta ese momento figuraba sólo como una atracción especial del local, se integró a la orquesta de Willie Rosario tras la salida de Chivirico por diferencias con el propietario del club.
Fue en el año 1958 cuando el timbalero Willie Rosario se aventuró a crear su propia agrupación, una vez que el músico Johnnie Seguí, con quien trabajó desde 1953, decidió disolver su grupo para regresar a Puerto Rico.
En aquel momento, armó una banda con la mayor parte de los músicos de Seguí y se lanzó a "tocar en la calle", dando a conocer su proyecto en algunos de los más reconocidos salones de baile de la época, como el Casino Broadway y el Monte Carlo.
Willie Rosario acompañado de Silvestre Méndez (izq.) y Nelson Pinedo (der.) en el Teatro Puerto Rico de NY en 1955. (Colección Willie Rosario)
Su mejor momento, en cambio, lo logró como orquesta de planta en el Club Caborrojeño, ubicado en la calle 145 y Broadway, y en la que alternó con el grupo de Joe Valle por espacio de cuatro años.
"Cuando me dan el contrato en el Caborrojeño me exigieron que había que tener un cantante de mucha fama porque allí estaba Joe Valle que era una de las voces más privilegiadas que había en el ambiente. Yo acepté que fuera así porque lo que quería era tener la oportunidad de estar en el club, que era de los más visitados", asegura el artista, quien durante el periodo que permaneció en el club acompañó a figuras como Vitín Garay, Chivirico Dávila y Yayo El Indio.
Este último, que hasta ese momento figuraba sólo como una atracción especial del local, se integró a la orquesta de Willie Rosario tras la salida de Chivirico por diferencias con el propietario del club.
En 1962, Willie Rosario abandonó su participación en el Caborrojeño, alegando haber sido víctima de un "golpe de Estado".
"Al cabo de unos años de estar en el club, Yayo El Indio se empeñó en tener una orquesta y el dueño, como él era famoso, me sacó y me dejó sin trabajo. Ahí me fui a la calle a meterle el pecho de verdad al negocio y hago una (banda) nueva porque todos los músicos que tenía se quedaron en el club, excepto uno, el único honesto y decente: Bobby Valentín", comenta.
De esa manera, Willie Rosario inició una nueva etapa en su carrera armándose de una batería de músicos encabezada por Rudi Martin (piano), Izzy Feliú (bajo), Luis Rodríguez (conga), Bobby Valentín (trompeta), Eddy Snell (trompeta), Tony Cofresí (trompeta) y Frankie Figueroa (voz), y con quienes produce, en 1962, su primer disco, "El bravo soy yo".
Para entonces, el nombre del timbalero era reconocido en las lides musicales, no tan sólo por su rol de líder de orquesta, sino por su participación con el músico Herbie Mann y como miembro de la familia Alegre All Star, con quien participó en los discos "Way Out", "El Manicero" y "Perdido". También figuró en el disco "Salsa máxima", junto a Cesta All Star.
En 1964, produjo el disco "Fabulous and Fantastic", que incluyó, entre otros, los temas "Los generales de la capital", "A Villa Palmeras" y "Nos engañó la vida", interpretados por Frankie Rodrí-guez, seguido por "Latin Jazz Go-Go-Go" (1965), "Haida Huo" (1966) y "Boogaloo and Guaguancó" (1966), en los que se destacó como vocalista Paquito De Jesús, quien sustituyó a Frankie Rodríguez luego que éste se marchara a Puerto Rico para formar parte de la orquesta de César Concepción, para más tarde integrar las bandas de Nacho Rosales y Memo Salamanca, en México.
Innovó con su propuesta armónica
Una de las grandes aportaciones de Willie Rosario a la salsa fue la elaboración de una propuesta armónica novel, que a poco fue sellando su identidad sonora matizada por la combinación de cuatro trompetas y saxofón barítono, un experimento hasta entonces no explorado.
"Traté ser lo más original posible, con un estilo que nos distinguiera, por lo que pensé en añadir un violín, un clarinete y hasta un trombón, pero un día visite un salón de jazz en Nueva York, el Blue Note, y estaba tocando Jerry Moligan, que era un virtuoso del barítono, e hizo unos pasajes del piano, el bajo y el barítono en un tema de bossa nova que cuando lo oí supe que era lo que quería", comenta el veterano percusio-nista.
Desde entonces, la orquesta se distinguió por el uso del saxofón barítono en combinación con la armonía de cuatro trompetas provocando un sonido diferente y profundizando la esencia rítmica del grupo, concepto que se consignó en la producción del álbum "Too Too Much" (1967), en el que, además, reaparece la participación de Frankie Figueroa en la parte vocal, junto a Pete Bonet y Willie Torres.
El trabajo artístico de Willie Rosario prosiguió con la producción "El bravo de siempre" (1968), un trabajo que marcó una huella en la salsa con el éxito "La cuesta de la fama", en voz de Meñique Baltasnegras. Este álbum también incluyó "La esencia del guaguancó", "La realidad" y "Superman", entre otros.
En el año 1970, Willie Rosario reclutó al cantante Chamaco Rivera, quien es recordado por el éxito "De Barrio Obrero a la Quince", incluido en el álbum "De donde nace el ritmo" (1970), seguido por "Más ritmo" (1972), ambos con arreglos de Louis Ramírez y José Luis Cruz.
Estas producciones marcan la frontera para la transición del proyecto musical de Willie Rosario, quien a partir de ese momento optó por continuar su propuesta desde Puerto Rico, dejando atrás el mundo neoyorquino en el que se curtió.
Los años dorados de "Mr. Afinque"
Tras varias décadas vinculado al mundo musical latino de Estados Unidos, el timbalero Willie Rosario optó por radicarse en Puerto Rico, convirtiéndose en una de las figuras salseras más productivas y solicitadas de la década del 70 y 80.
Su opción de mudarse a la Isla, asegura, estuvo motivada por una combinación de factores familiares e intereses comerciales.
"Yo no quería que mis hijos se criaran en Nueva York, no me gustaba ese ambiente para ellos y prefería que crecieran aquí. Además, cada vez que me encontraba con la Sonora Ponceña y El Gran Combo me contaban que mi música se escuchaba mucho en Puerto Rico y que había mucho trabajo, entre fiestas patronales y graduaciones", sostiene.
De esa manera, el músico se instaló en su patria acompañado de su orquesta, y al cabo de unas semanas regresó a la "Gran Manzana" para cumplir con varios compromisos, momento en que su cantante, Chamaco Rivera, le indicó su interés de no regresar a la Isla, siendo reemplazado por Junior Toledo.
"Junior era el cantante nacido para la orquesta y es cuando nos levantamos bien y la cosa se puso fuerte", acota.
El primer trabajo de esta nueva era de la orquesta fue "Infinito" (1973), al que le siguió "Otra vez" (1975), consagrados por los éxitos "Juventud siglo 20" y "Casualidades", respectivamente.
A partir de ese momento, el veterano percusionista destacó en sus producciones discográficas a más de un cantante, incorporando la participación de Bobby Concepción y Guillo Rivera, con quienes produce "Gracias mundo" (1977).
Empero, las siguientes producciones de la orquesta, "From the Depth of my Brain" (1978) y "El rey del ritmo" (1979), no contaron con la participación de Concepción.
Diferencias entre Willie Rosario y Junior Toledo, que el líder de orquesta atribuye a problemas de disciplina, desembocaron en la salida del cantante, quien, dice Rosario, alentó la renuncia del grupo de su contraparte Guillo Rivera para desencajar lo que había sido hasta el momento una fórmula ganadora.
Justo en ese momento se incorporó en el grupo al joven cantante Tony Vega, que hasta entonces había participado en la orquesta de Raphy Leavitt y La Selecta.
"Junior (Toledo) y Guillo (Rivera) se van un jueves del grupo y al otro día estábamos tocando en Canóvanas. Llamé a Tony Vega y también me comuniqué con Bobby Concepción y Chamaco Rivera, que en esos días estaba en Puerto Rico, y así nos estuvimos defendiendo un par de semanas, hasta que le hablé a (Gilberto) Santa Rosa", cuenta el líder de la banda.
El primer álbum al mando de Tony Vega fue "El de a 20 de Willie" (1980), en el que también grabó Bobby Concepción y que logró éxito con el tema "Mi amigo el payaso". Luego, en 1981, la orquesta despuntó con el binomio Tony Vega y Gilberto Santa Rosa, en una periodo de cinco años colmado de fama y que se consignó en las producciones "The Portrait of a Salsa Man", "Atízame el fogón", "The Salsa Machine" –el último en el que participó Bobby Concepción–, "Nuevos Horizontes", "Afincando" y "Nueva cosecha", en el que se une como vocalista Pupy Cantor.
Esa fue la época gloriosa de "Botaron la pelota", "Lluvia", "Busca el ritmo", "Negrita linda" y "El antifaz", entre más de una decena de consabidos éxitos.
A partir de 1987, la salida de Tony Vega y Gilberto Santa Rosa maró un derrotero nuevo para la banda del también conocido "Mr. Afinque", quien mantuvo su proyecto musical con la participación de Pupy Cantor y Josué Rosado, para más adelante integrar a Primi Cruz (responsable del éxito de "Anuncio clasificado"), Bernie Pérez, Henry Santiago, Rico Walker y Ángel Luis Vergara.
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