NO ES UNA CAPRICHOSA COINCIDENCIA
Por Andrés Pascual
Acaban de calificar a Miami como “uno de los mercados más apasionados y fiables para el balompié”, la bomba explotó al darse a conocer que David Beckham, ex Manchester, ex Real y ex Galaxi, que tuvo la genial idea de “sacarse” de un partido de una Copa Mundial al devolver una falta desde el suelo con una patada, que provocó su expulsion y la pérdida de todas las posibilidades de los ingleses en el evento, pudiera adquirir una franquicia para la ciudad del Sur de la Florida.
¿Qué factor diferente pudiera hacer rentable un club de MLS, donde antes explotó ruidosamente otro de posible igual nivel de juego y en el propio circuito? ¿Más hispanos no cubanos? No, ¿Ha crecido el interés de los negros americanos por el soccer? No… ¿Entonces?
El desborde de elementos venidos de Cuba, por obra y gracia de la política obamista con respecto a beneficiar al castrismo a traves de la violación del embargo con lo que tengan a mano, es el nuevo elemento que la mercadotecnia de MLS olfateó al seguro.
Son legiones que no tienen al baseball como pasatiempo nacional en la Isla por imposiciones políticas, cuyo objetivo ha sido liquidar al juego por medio de la pérdida de la pasion fanática, trabajo partidista ”de masas” que ya está casi terminado.
Si no cuenta la Patria, ¿Cómo podría un deporte mantenerse contra una política bien planeada durante 50 años, aceptada como lo aceptan todo, que, además, conspira contra la identidad nacional?
Los Martlins de la Florida no son un fracaso porque el dueño haya hecho lo que le dio la gana con su negocio y contra el público, sino porque, el 50 % de la población de Miami, supuestamente cubana, está compuesta por alrededor de un 30 % de “hombres nuevos” que, como nuevos, pues era de fácil comprensión que no tendrían nada que ver con lo viejo, entre esto, el ex deporte nacional cubano.
http://ireport.cnn.com/docs/DOC-894034
El club de Grandes Ligas es un fracaso colosal, porque, aunque en esta ciudad no ha habido fanatismo por el beisbol históricamente, sin el material cubano de raíz patriótica, alrededor de un 15 %, que, como sucede, no va al estadio, mientras el 35 % de intrusos de la comunidad económica castrista no son fanáticos del deporte de Babe Ruth, figúrese qué pasará cuando muevan la maquinaria contra los Marlins al lado de las demás comunidades que tienen al sucio y corrupto balompié como, más que fanatismo, pasion bárbara y peligrosa hasta para la propia vida de su público.
El beisbol en Miami llegó a donde iba, supongo que Loria esté ocupado en buscar otra ciudad adonde llevar su música deasafinada, en esta no podrá competir ni por un premio consolación.
0 comentarios