¿QUÉ SIGNIFICA
Por Andrés Pascual
Hay un canal en español que no acostumbro “disfrutar”, es de ESPN; porque, por lo general, entre lo mucho que promueven o presentan que yo no acepto “ni atrás ni alante”, hay un programa titulado Boxeo Clásico que estaría muy bien si no lo desprestigiaran con materiales indignos de semejante espacio, con peleas que son lo contrario del significado de la palabra..
Clásico es lo que sirve de modelo desde la Antiguedad por su belleza, por su clase profesional, por lo positivo para el decursar de la historia... por lo que es común escuchar “lee a los clásicos”, “trabaja formas clásicas”, o pinta, o esculpe... “a la manera de los clásicos”, ratificación del barroco tardío cuyo nombre es “manierismo”, hoy, manierismo es todo lo que se haga “a la manera de...” menos el programita que cité, una falta de respeto a todo lo que respire sobre la tierra y tenga que ver con Fistiana, con el pugilismo artístico.
¿Cuándo puede llamársele clásico a un pleito? Tal vez haya diferentes opciones, pero, al modo mío de verlo, cada vez que en una pelea se empleen perfectamente o casi los estilos, con la menor cantidad de faltas o errores posibles, claro por su limpieza y bellos por el desarrollo de las habilidades pugilísticas.
Por supuesto que se le puede decir clásico a una carnicería como las de Ward-Gatti, porque son ejemplos “clásicos o modelos” del boxeo anti-ártístico, anti-ciencia; no de fuerza, sino de resistencia, sin ningúna precaución ni preocupación por defenderse.
A través de la historia, infinidad de peleadores mexicanos clasifican como gladiadores, cuya unica excelencia ha sido enredarse a golpes con otro hasta que el referí le levante al brazo a uno de los dos por la victoria, bajo veredicto judicial si ninguno cayó por efecto de la tranca, o porque se quedó sin aire antes del límite y la pararon por el rutinario y exageradamente piadoso nocao técnico, “manierismo arbitral” de hoy para decidir la receta de anestesia, que, en casos como estos, en vez de general, debe considerarse local.
Los clásicos de fajadores eminentes, sin escrúpulos por nada, sin cuidado de su salud, tienen la característica de que parecen tablas, porque nadie puede contar los golpes que se tiran dos máquinas de matar a 1000 r/s, por lo que esos números de Lederman y los oficiales del pleito son cálculos embusteros: ni con ayiuda tecnólógica pueden contabilizarse fielmente.
Algo que aleja más lo que deben presentar como Boxeo Clásico de su significado, es que, “cualquier aparecido de San Diego”, o dos, dependiendo del grado de amistad del manager o del promotor con el productor del espacio, llenen un turno “de recuerdo”, de título sublime, con un nombre que ni en su casa reconocen después de las 7 de la tarde, como si fuera poco, con actuaciones tan lastimosamente malas que llamarlos coristas del ring ofende el término.
Por ejemplo, aunque son dos boxeadores conocidos ¿Debe considerarse como clásico alguno de de los dos pleitos de Foreman contra Frazier? ¿A quién se le pudo ocurrir imponerlos como Grandes Batallas del Ring? Por favor...
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