"Nadie me ha llamado, así que no voy", dijo el zuliano, de 39 años, vía telefónica desde su residencia en Florida. "Ellos sabían cómo ubicarme, pero no lo hicieron".
Parece increíble que en un evento de tanta envergadura, al menos históricamente, los organizadores no se hayan tomado la molestia de extender la invitación al ex lanzador de Águilas del Zulia.
Álvarez, junto con Oscar Azócar, fueron seleccionados para entrar al Pabellón, sitio en el que se unirán a los también criollos Antonio Armas, David Concepción, Luis "Camaleón" García, José "Carrao" Bracho, Oswaldo Olivares, Ubaldo Heredia y los directivos Oscar "Negro" Prieto, Pablo Morales y Pedro Padrón Panza.
A pesar de no estar presente, Álvarez agradece su escogencia para pertenecer a dicho grupo.
"Es un honor para mí eso", apuntó. "Son sueños que uno quisiera cumplir. Nunca pensé que eso iba a pasar, así que se los agradeceré eternamente a las personas que votaron por mí".
Álvarez participó en las Series del Caribe de 1989, 1992, 1994 y 2000. Dejó récord de 3-1, con un blanqueo, 2.18 de efectividad, seis boletos y 31 ponches en 33 entradas de labor. Fue campeón en 1989 y seleccionado en el Todos Estrellas en 1992 y 1994.
Por esas actuaciones, y lo que significa para el béisbol venezolano en general, el zuliano se merecía ser inmortalizado en la isla, no en un acto en el que no va a estar presente, simplemente porque nadie quiso tomarse la molestia de hacer una llamada telefónica.
"Yo me enteré fue porque unos amigos me enviaron un mensaje de texto. Ellos lo habían visto en una transmisión de televisión durante la final", indicó Álvarez. "Pero nadie me informó nada oficialmente".
Simplemente, lamentable.
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