Un recuerdo 'alrededor del mundo'
Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": aunque a muchos de nosotros no nos tocó vivirlo en ese momento, cualquiera que se presume "beisbolero" tiene que haber visto al menos en una ocasión el famoso jonrón que "se escuchó alrededor del mundo".
El cuadrangular de Bobby Thomson para dejar tendidos en el terreno a los Dodgers de Brooklyn en el play off adicional de 1951 es uno de los momentos clásicos en la historia de las Grandes Ligas que, aunque no se presentó en una Serie Mundial, sí representó para los Gigantes, entonces todavía en Nueva York, su viaje al Clásico de Otoño para medirse a los Yankees.
El fallecimiento de Bobby Thomson, el autor de aquel sonado cuadrangular, nos lleva inevitablemente a recordar ese momento y a reflexionar sobre uno de los últimos héroes que tuvo esta histórica organización antes de salir de la Gran Manzana.
Porque ciertamente conocemos mucho más a los Marichal, los McCovey, los Cepeda, los Bonds y los Lincecum, pero remontarnos a la época de los Gigantes en Nueva York, es hablar de una generación completamente diferente, como la de Mel Ott, Bill Terry y Johnny Mize.
En aquella temporada de 1951, los Gigantes se encontraba a 13 juegos de distancia de los Dodgers con menos de dos meses de temporada, casi a la misma altura de la campaña en que estamos ahora mismo. Pero la escuadra de Thomson, dirigida entonces por Leo Durocher, consiguió 16 victorias en forma consecutiva, ganando 37 de los últimos 44 encuentros del calendario regular, para finalizar empatados con Brooklyn en marca de 96-58.
La situación obligó a instaurar una serie especial de play off, a ganar dos de tres posibles, para determinar quién iría a la Serie Mundial a medirse a los Yankees. Y con ese enfrentamiento empatado a una victoria por bando, y los Dodgers arriba en el marcador por 4-1 al llegar a la parte baja de la novena entrada en el juego decisivo, ya los de Brooklyn se frotaban las manos saboreando la oportunidad de comenzar a vengarse de las cinco Series Mundiales que habían perdido frente a sus vecinos del Bronx.
Para complicar todavía más la situación, en la loma por los Dodgers estaba Don Newcombe, ganador de 20 juegos esa temporada y que había asistido por tercer año consecutivo al Juego de Estrellas.
Alvin Dark comenzó la entrada con sencillo por primera y Don Mueller también conectó de hit al derecho. Monte Irving fue el primer out con elevado de foul por la inicial, pero Whitey Lockman, con doblete puso la pizarra 4-2, dejando corredores en segunda y tercera. El empate estaba en posición anotadora, y Charlie Dressen, el manager de los Dodgers, decidió retirar a Newcombe de la loma en favor de Ralph Branca, que venía de una muy buena temporada, tanto de abridor como de relevista.
Branca le pasó el primer strike a Thomson, quien prendió el segundo lanzamiento por sobre la barda del jardín izquierdo para enviar a los Gigantes a la Serie Mundial, completando uno de los regresos más dramáticos en la historia del beisbol, además de comenzar con una lista de home runs que nunca serán olvidados: el de Bill Mazeroski, que vendría nueve años después para darle la Serie Mundial a los Piratas sobre los Yankees; el de Bucky Dent en 1978, también en juego extra para que los Yankees eliminaran a los Medias Rojas, el de Kirk Gibson en el primer juego del Clásico de Otoño del 89 para que los Dodgers dejaran tendidos en el terreno a los Atléticos, el de Joe Carter para terminar la Serie Mundial del 93, dándole el título a los Mellizos sobre los Filis y el de Aaron Boone, que puso a los Yankees en el Clásico de Otoño del 2003, eliminando otra vez a los patirrojos.
Los Gigantes terminarían perdiendo aquella Serie Mundial en seis juegos ante los Yankees y Thomson bateó apenas para .238 con un par de carreras producidas, pero el regreso espectacular y el cuadrangular que en esa época fué considerado como el más importante en la historia, quedan para el recuerdo, sobre todo cuando se tiene la oportunidad de escuchar la narración original de Russ Hodges, quien llevaba a cabo la transmisión radial de aquel encuentro y que, todavía al escucharla, hace erizar la piel con su famoso grito "The Giants win the pennant!" en repetidas ocasiones.
Thomson se retiró hasta 1960, pero jugó otro papel muy importante en la historia del beisbol: en el entrenamiento primaveral de 1954 con los Bravos, sufrió fractura de su tobillo, teniendo que ceder su lugar a un tal Hank Aaron, que de esa forma comenzó una carrera que finalizaría en el Salón de la Fama, y con el record de cuadrangulares de todos los tiempos.
Bobby Thomson es uno de solo siete peloteros nacidos en Escocia que han llegado a jugar en las mayores, pero después de él, solo Tom Waddell con Cleveland representó a ese país en el mejor beisbol del mundo. Falleció en Georgia, pero el cuadrangular que "se escuchó alrededor del mundo", hará que su recuerdo permanezca siempre como uno de los históricos de la pelota.
Guillermo Celis es comentarista y analista de béisbol para ESPN Latinoamérica y columnista de ESPNdeportes.com. Puedes seguirlo en Twitter. Consulta su archivo de columnas.
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