Olvídate del estrés
¿Cómo me afectan los entrenamientos? ¿Cómo tengo que entrenar si estoy estresado? ¿Cuántas cosas tengo en la cabeza que se me acumulan en las piernas? El estrés no es más que un estado mental: te enseñamos a esquivarlo
No dejes de entrenar por muy estresado que estés. Las personas que sacan unos minutos al día para entrenar, son más eficientes en el trabajo que las que se tumban en el sofá a ver la tele. Es preferible levantarse una hora antes para entrenar cada mañana que pasar dos horas dando vueltas en la cama con insomnio. El ejercicio físico es una gran herramienta para canalizar el estrés: controlar esas reacciones fisiológicas para aprovechar los beneficios de ese mecanismo natural y minimizar sus efectos nocivos sobre la salud. ¿Cómo puede afectar el estrés a mi carrera? Pero cuidado, porque una situación demasiado elevada de estrés terminará siendo contraproducente para el rendimiento. Una tensión arterial y frecuencia respiratoria elevadas no son adecuadas para una prueba de rendimiento cardiovascular. Una elevada excitación del sistema nervioso, provocará una peor coordinación intermuscular y en esfuerzos cortos e intensos, puede provocar falta de técnica motriz e incluso lesiones. Si te encuentras muy estresado, no te exijas demasiado. Céntrate en disfrutar de tu actividad deportiva y recuperarte, enfoca el entrenamiento como un tiempo de relax, ya tendrás tiempo de mejorar tus marcas. LA CRISIS TAMBIÉN ESTRESA… El estrés por motivos económicos es muy frecuente (y más en estos tiempos de crisis). Se asocia a la depresión, la hipertensión, el insomnio, la fatiga, los problemas digestivos y la sobrealimentación. En este y otros momentos de ansiedad que inevitablemente surgen a lo largo de la vida es muy importante aliviar la tensión muscular, despejar la mente y animarte para que esa situación desencadene estrés mantenido que empeore y acorte tu vida. Planifica tus gastos. Si no sabes a donde va a parar tu sueldo, anota ingresos y gastos. Así podrás averiguar en qué puedes ahorrar dinero y en qué puedes gastar más. La sensación de certidumbre (aunque sea de lo mal que van las cosas) ayuda a alejar el estrés. Paga a débito. Olvídate de las tarjetas de crédito o acabarás agobiado (y al final estresado) por los plazos. Salvo que sean artículos de primerísimo necesidad, no compres algo que no puedes pagar en ese momento o que no puedes permitirte. Si te agobia la hipoteca o realmente no puedes con los préstamos, acude a tu banco ya. No tienes por qué sentir ningún pudor. Para eso están. Puedes renegociar los plazos o la forma de pago. A ellos les interesa y es mucho mejor para ti que dejar de pagar y acumular intereses. |
0 comentarios