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BEISBOL 007

TRES MALAS SERIES MUNDIALES DE MICKEY MANTLE‏


Por Andrés Pascual

      A Mickey Mantle lo hizo pelotero su padre, un minero de Oklahoma, fanático del beisbol, que jugaba catcher en partidos dominicales y le puso el nombre de Mickey a su hijo en homenaje al gran Mickey Cochrane, de los Elefantes Blancos de Connie Mack y de los Tigres de Detroit. Incluso la responsabilidad por el bateo ambidextro del gran jugador fue absoluta de su progenitor.
        Mantle no fue mejor por una lesión en una rodilla y por la “osteomielitis”, que padeció desde 1953.
      Con jonrones de 450 y más pies; con velocidad increíble de home a primera de 3.3 y 3.4 de acuerdo a si bateara a la zurda o a la derecha, se hizo la leyenda del “Niño Prodigio” rebautizado así por Buck Canel.
      The Mick, simplemente “El Migue” para el fanático americano que le veneró como a pocos jugadores de la historia del pasatiempo.
      Mantle contribuyó a su destrucción física por la adicción a la bebida y a la noche bohemia, en una ciudad que invita al pecado cuando se es un personaje de fama y, más, si se pertenece al mundo del entretenimiento deportivo a través de los Yanquis de Nueva York…
       Fue el mejor tocador de bola de las Grandes Ligas de su época; mantenía a su favor, por ese tipo de contacto, más de un metro en el corring a primera a la zurda.
      La etapa de los Yanquis entre 1951-1968 se llamó Mickey Mantle, un jugador franquicia que, el 96.8 % de los asistentes a Yanqui Estadio entre 1953 y 1963, pagaban para verlo jugar.
      Asistió a 12 Series Mundiales en 18 años con los Yanquis, bateó 18 jonrones, líder de todos los tiempos y .257 de average, promedio mediocre para un jugador tan grande.
      No en todas las Series mundiales a que asistió fue un buen productor; incluso ni contribuyente a la victoria de los Mulos, pero sucedía que los inquilinos del Bronx no dejaban de ganar por la baja al bate del sensacional jugador, lo que no ha ocurrido con Alex Rodríguez, que su pobre bateo ha arrastrado a los Bombarderos a la catástrofe del perdedor multimillonario.
     En 1960, cayeron contra los Bucaneros de Pittsburg por el “jonrón brujo” de Mazerotski; sin embargo, Mickey tuvo una gran Serie Mundial con promedio de .400, 1 doble, 3 cuadrangulares y 11 impulsadas.
     Sin dudas que una de sus mejores, pero, las próximas tres son, acaso, las peores jugadas por el astro de los Yanquis en sus 12 apariciones en el evento: en 1961, producto de las lesiones recurrentes de sus piernas, solo pudo jugar un juego completo y otros 5 innings contra los Rojos de Cincinnatti: un hit sencillo en 6 apariciones al plato y .167.
     En 1962, contra los Gigantes de San Francisco de Mays, Cepeda, McCovey, Felipe, Marichal  y Jack Sanford, los Yanquis, a pesar del pobre bateo de Mantle, ganaron otra vez:  3 en 25 para .120, un doble sin impulsadas.
     En 1963 los Yanquis envejecían rápido y no podían con las lesiones; entonces los Dodgers llegaron encabezados por Sandy Koufax y Don Drysdale. Los Bombarderos fueron barridos en 4 juegos; entre esas derrotas, una de 15 ponches de Koufax, récord hasta que Bob Gibson lo rompió contra el Detroit con 17, en la apertura de la Serie Mundial de 1968. Sin embargo, Sandy Koufax no pudo blanquear a los Yanquis, a pesar de los 15 chocolates, porque Mantle le sacó la bola con uno en base entre left y center a su distancia favorita de 450 pies: 2 en 15, 1 jonrón, 2 empujadas y .130.
     Para despedirse de las Series Mundiales, regresó a su forma contra los Cardenales en 1964, pero el club cayó en 7 juegos ante Bob Gibson y compañía: 8 en 24, 2 dobles, 3 jonrones, 8 impulsadas y .333.


 Pie de grabado: Aún sin Mantle jugar ni batear en 3 series, los Yanquis ganaron 2

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