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BEISBOL 007

INMORTALES DEL DIARISMO DEPORTIVO CUBANO: RENE MOLINA‏

Por Andrés Pascual

 

Ya quedan muy pocos miembros vivos de "la insigne vieja guardia" del periodismo deportivo cubano. Poco a poco han ido cayendo en la batalla contra el Padre Tiempo y el dolor de nunca haber vuelto a la tierra que les vio nacer...
Se fue Rai García, el editor en jefe de las páginas sobre deportes del periódico Prensa Libre que, en Puerto Rico, cumplió igual función en el Nuevo Día y El Vocero.
De un tirón, con un mes de diferencia, cayeron dos, René Molina y Fausto Miranda... ¡Por Dios, verdaderas "vacas sagradas" de la faena! fue en el 2006...
Estos caballeros del papel y de la máquina de escribir no solo fueron ejemplos de la decencia obligatoria de que debe estar investido un periodista; sino que, por haber sido testigos de una época imborrable en el pasatiempo nacional cubano, en el boxeo o en el olimpismo, pues eran monumentos a la credibilidad más absoluta.
René Molina García llegó al periodismo deportivo accidentalmente. Como medida de protección paterna en 1933, Tirso, J' de Obras de Construcciones, decidió que su hijo no debía mantenerse en las aulas del peligroso bachillerato habanero de la época; la marea revolucionaria y la convulsión política no aconsejaban al padre que el vástago continuara allí, a merced de la ebullición política; entonces decidió "encargárselo" a su amigo, el periodista deportivo de El País, Pepe Conte, para que le ayudara y, acaso como aspiración, si no inmediata, por lo menos futura, aprendiera los secretos del periodismo.

En 1938, cuando Pedro Martínez Bauzá se hizo cargo de una de las dos ediciones del diario, nombró a René (que tenía solo 20 primaveras), como su asistente; ese propio año, comenzó en Bohemia, la prestigiosa revista que tenía a Eladio Secades como editor deportivo.
En 1941, Secades le pide que se le una en el Diario de la Marina, en el que también era jefe de las páginas deportivas, iniciándose uno de los dúos más brillantes que hayan trabajado el deporte en el periodismo deportivo cubano.

En Bohemia, Molina acompañó a Secades durante 22 años y en el Diario de la Marina 16.
Y brillar al lado de Secades no era facil, por la manera como "enganchaba" al lector a través del uso de imágenes y metáforas de carácter costumbrista, únicas en el diarismo deportivo cubano, por la forma como trabajaba, incluso imaginativamente el hecho que no había presenciado; porque así era Secades, capaz de comentar una pelea de boxeo o un juego de pelota por referencias, tan o más completo que aquel que la presencio personalmente...

Entonces tenía que ser muy bueno quien pudiera brillar al lado de un genio de la improvisación y René fue tan bueno que compartió con Eladio el interés del lector y fue por eso que estuvo tanto tiempo al lado del creador de las Estampas de la Época...
En 1955 fue nombrado editor deportivo del Diario Nacional; al radio llegó en 1941 con Manolo de la Reguera; posteriormente estuvo con Manolo en Radio Salas; pero, en 1945, se factura el dúo narrador-comentarista más grande de Cuba en todos los tiempos, cuando cerró filas al lado del Orgullo de Bayamo, Felo Ramírez...
En 1949 pasa a Unión Radio al lado de Felo y nace el programa Grand Stand, que reanudarían en Puerto Rico en 1963. En 1954 visita por primera vez la Isla del Encanto con motivo de la Serie del Caribe.
Salió de Cuba en 1962, asentándose en Borinquen y la llegada de Felo Ramírez, que estaba en Venezuela, provocó que tuvieran su primer programa en la Isla del Encanto para WAPA-Radio, al lado de Luis Rigual. Así renació Grand Stand.
En 1963, Yuyo Carrasquillo, propietario de los Senadores de San Juan del beisbol invernal, le contrata como J' de Relaciones Públicas del club y como comentarista de sus juegos.
Las relaciones públicas no le eran ajenas a Rene, que había desarrollado ese trabajo para el contratista de la ciudad de Marianao, Armando Alejandre, durante la época de este como manager y promotor de boxeadores en Cuba.
En 1966 lo llaman del periódico El Mundo para que asumiera la jefatura de las páginas deportivas; allí estuvo desde 1966-75, en que pasó a ser redactor de El Día y, por un tiempo, editor del suplemento Domingo Deportivo.

Ese año regreso a las transmisiones del club San Juan, que se había convertido en Bayamón.
Por dos años, René estuvo al frente de la revista deportiva Campeón y, durante nueve, hasta 1999, del tabloide Puerto Rico Deportivo.
A Molina se debió el primer programa boxístico que se transmitió por televisión en Borinquen cuando, en 1964, desde el teleteatro Rafael Hernández, donde estaban los estudios de Gaspar Pumarejo, se transmitió un programa que tuvo como uno de los peleadores estelares al cubano Pedro Miranda.
El 7 de octubre de 1990, en el suplemento dominical de El Nuevo Día, Domingo Deportivo, el cronista puertorriqueño David Colón escribió: "...Será un capítulo dorado dedicado a estos hombres que hicieron su propia revolución acá, dándole un nuevo giro al periodismo que se hacaa en Puerto Rico entonces”.

“Largas serán las páginas para relatar las historias de Felo Ramírez, de Rai García, de Fernando Heydrich, de Ramiro Martínez y de René Molina; pero, sobre todo, de René, porque, aquí, en deportes y sobre todo en boxeo y pelota, nadie ha sido más completo ni conoció tanto como él; nadie como ha sido la clase de Maestro que personifica."
De brillante cronista queda lo que escribió: sus libros, como "De la Gloria al Infierno", sobre el ex campeón mundial Wilfredo Gomez, del cual fue jefe de prensa, "Los 100 mejores peloteros del siglo xx" o "La pasión del pelotero cubano", así como sus miles de crónicas, artículos, entrevistas...
Molina supo asimilar de un monstruo del oficio como Eladio Secades lo mejor; pero sin imitarlo y, porque amó a Borinquen como a Cuba, la Isla del Encanto le sepultó como a un hijo.
Pertenece a los Salones de la Fama del Beisbol Cubano, del Deporte Cubano y de los de Borinquen.

 

 

 

El cronista Andrés Pascual, su esposa Marta y Rene Molina en el 2006

El cronista Andrés Pascual, su esposa Marta y Rene Molina en el 2006

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