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BEISBOL 007

Un Crimen con Guantes

Ricardo V. Canaletti. 
rcanaletti@clarin.com






La esquina del campeón mundial de peso welter gritaba a lo loco."¡Aguanta, Benny, aguanta y pega!"

En el Madison Square Garden de Nueva York había 7.500 espectadores. Mucho humo y gritos. Todos gritaban ese sábado 24 de marzo de 1962. Un gancho de Emile Griffith conmovió a Benny, que asimiló el golpe y lanzó un jab de izquierda y remató con un cruzado de derecha. Benny, el campeón, estaba vivo

Millones siguían la pelea por televisión y radio. Benny no retrocedía a pesar de que estaba muy golpeado y cansado. Y Griffith colocó dos golpes plenos, con derecha e izquierda.

El cubano Bernardo "Benny Kid" Paret le había ganado el título mundial a Don Jordan en 1960 y en 1961 lo perdió frente a Griffith, su actual contrincante, por K.O. en el round 13; pero en ese mismo año lo recuperó en fallo dividido. Esta era la tercera vez entre ambos.

Griffith lo atacó duro de entrada, le hizo sangrar la nariz, le abrió la ceja derecha y le inflamó el pómulo izquierdo. Estaba furioso. Antes de la pelea Benny le dijo al oído: "Sos un maricón".

En el sexto, Benny sorprendió con una terrible izquierda que tiró a Griffith. El público chillaba como poseído. Pero Griffith se levantó a los ocho segundos.

Cuando llegaron al round 12 los boxeadores forcejeaban más que otra cosa. Benny llegó tropezando hasta las sogas y se enredó un brazo en ellas, cerca de uno de los postes. Griffith saltó como una pantera mientras descargaba un golpe demoledor, y otro y otro y otro. Benny ya no respondía, con un brazo colgando y el otro que seguía enredado en la soga. Se contaron 25 golpes en la cabeza en pocos segundos. "¡Lo va a matar, pará la pelea!", vociferaba un sector al árbitro Goldstein, que no hacía nada. "¡Aguanta, Benny, y pega!", le gritaban otros a un hombre que estaba evidentemente inconsciente.

Benny nunca recuperó el conocimiento. Murió el 3 de abril de 1962. Tenía 25 años.

Griffith hizo una larga carrera. Nacido en las Islas Vírgenes, se nacionalizó estadounidense. En la Argentina es recordado porquepeleó y perdió dos veces con Carlos Monzón por el campeonato mundial de peso medio. Fue un gran boxeador. Aún vive. 

¿Tuvo la culpa de la muerte de Benny o la tuvo el árbitro que no detuvo la pelea a tiempo? El hecho tuvo repercusión mundial. L’Osservatore Romano, órgano de prensa del Vaticano, dijo entonces: "La trágica muerte de Paret muestra la verdadera naturaleza diabólica del boxeo". 

La actividad deportiva es fomentada por el Estado y el Estado no puede sancionar lo que promueve. De hecho, el boxeo fue y es parte de la política de asistencia social de muchos países para sacar chicos de la calle.

Se suele decir que el límite para no incurrir en delito en las actividades deportivas es el reglamento. Pero el boxeo es particular. Su reglamento se refiere a lesiones leves intencionales y consentidas, con las que debe dejarse al rival en inferioridad física durante 10 segundos.

Por eso, cuando en el boxeo hay una violación del reglamento y de esa violación resulta una lesión más importante o hasta la muerte, el hecho no está justificado. Y esto rige para combates oficiales y no oficiales.

Hay una acción que consiste en hacer pasar el puño delante de la cara del adversario a propósito y con el brazo en ángulo golpearlo con el codo. La excusa es que el golpe falló. El efecto es devastador. Igual que pegar en los riñones o en el bajo vientre o al que perdió la lucidez o después de la campana que anuncia el fin del round porque el rival baja la guardia y está indefenso

La trampa en boxeo puede ser delito. Si hay muerte podría ser homicidio preterintencional.

La preterintención es una figura muy complicada porque tiene parte de imprudencia y parte de intención. Se configura cuando se quiere dañar pero se termina matando. Por ejemplo, el tipo que le pega una piña a otro, este cae, golpea su cabeza contra la vereda y muere.

Hay otro elemento para que se de la preterintención y es que el medio o instrumento empleado no deba razonablemente causar la muerte. Una trompada no suele ser un medio mortal entre boxeadores de parecido estado físico y es difícil que quien la propine piense que matará.

La diferencia entre homicidio preterintencional y con intención es que en el primero no se ha querido ni representado la muerte. ¿Griffith imaginó que con sus puños chocando sin oposición podía matar a Benny?

Tampoco puede ser un hecho imprudente, porque el hecho básico es intencional, es decir el autor quiere causar una lesión. 

Para concluir, el preterintencional es un homicidio que la ley argentina sanciona con tres años de prisión. 

Pasaron 43 años de la muerte de Benny "Kid" Paret y Griffith jamás rehuyó el recuerdo de esa fatal pelea. "No sabía lo que hacía por el fragor del combate... Estaba cansado de que la gente me gritara maricón. Hice lo que tenía que hacer". Casi casi una confesión.

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