CHIVATOS EN EL CLUBHOUSE PREOCUPAN A LA GERENCIA DEL BOSTON
Por Andrés Pascual
“Lo último y lo mejor en música”, así debería de catalogarse un escándalo que ha recibido poca atención de parte de la prensa del sector, ¿Por qué apenas se ha comentado sobre esto? ¿Quién sabe? Ahora, cualquier mano que intente abrir gavetas de escritorios donde se sientan gente poderosa, tiene que saber que, además de algún otro documento, hay cucarachas y las gavetas con cucarachas no se abren por circunstancias de cuidado de la salud.
La palabra en inglés es “snitch”, o sea, lengüilargo, soplón… en el caso americano hay diferencias con sus vecinos hispanos: para el yanqui decir lo que ve es un deporte muy relacionado con la protección de su vida o de sus propiedades, no por gusto cuando un agente de la CIA es descubierto, está autorizado por Langley a decir hasta lo que no sabe y su gobierno lo protegerá y hará todo cuanto pueda por buscar su regreso a casa sano y salvo.
Para nosotros no, hablar de más comprometedoramente es una ofensa a la condición de macho, de guapo, de hombre hasta la tabla, por lo que los gobiernos (los comunistas de la región sobre todo) harán lo posible por asesinar al que “se le fue la lengua”, aunque, a decir verdad, más del 80 % no pueden controlar el miedo y dirán lo que sea sin que se les pregunte. Los terroristas de la llamada Red Avispa han cantado más que Barbarito Diez en 60 años de carrera.
Una familia americana que no le gusta la bulla ni el jolgorio ni jamás ha hablado con usted, puede ser capaz de conocer todas sus actividades diarias y se las contará a un agente que le pregunte ¿Cómo lo supo?, por observación y referencias para cuidar su estabilidad; mientras, si la cosa es al revés, con seguridad que usted, aunque sepa detalles, le dirá al policía “ni la conozco ni me interesa…” Eso es la idiosincrasia.
Cuando el Boston contrató a Bobby V, que había ganado en Japón, no tuvieron en cuenta su personalidad medio controversial medio ridícula, era el mismo tipo que tuvo en sus manos clubes competitivos y no ganó, que fue expulsado de un juego y regresó al banco disfrazado con bigote y espejuelos, con lo que hizo un soberano papelazo, en un team que necesitaba más apoyo moral que un “sabio” en la dirección.
El año pasado los Medias Rojas fueron cuestionados por comelatas y bebederas de cerveza a destiempo, botaron a Francona y trajeron a Valentine, pero volvieron a olvidar que fue a este, mientras mandaba el juego con los Mets , en medio de derrotas decepcionantes y en horario de juego, al que le jugaban a las cartas Bonilla y Ricky Henderson entre otros.
“El manager de John Henry” pretendió culpar a Kevin Youkilis de la nueva maldición que se avecina sobre el club, yo no sé si es verdad, pero parece exagerado.
Mientras, la Oficina está muy preocupada porque se filtró que, en una reunión con los jugadores, algunos propusieron la cesantía del manager, es decir, abrieron la gaveta con las cucarachas, cuando deberían estarlo porque, quizás, como ratificación del estilo americano de tratar con ciertas cosas, posiblemente la salud del club le interese más al chivato que al dueño.
A Henry le preocupa más la filtración que lo que pueda hace el club
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