VENEZUELA PUDIERA CONVENCER A FÉLIX PARA QUE ASISTA
Por Andrés Pascual
El contrato que logró Félix Hernández con Seattle “no lo brinca un chivo”, entonces el pitcher decidió responder al dinero antes que al “reclamo místico patriotero”.
Sin embargo, los “agitadores” de compromisos que, por lo general, no les gusta mezclar “lo político con el deporte” (Edwin Zerpa) y patria, de acuerdo a como lo usan para maltratar esa esencia sublime lo es, pudieran asegurar al lanzador para futuras competencias fraudulentas sin clase profesional de grupo, tal el clásico, para lo que solo tendrían que indemnizar al Seattle por la inversión hecha en el jugador, que debe ser bastante, porque ese pitcher no se hizo por sí mismo ni por consejos de Nicolás Maduro (si Castro no le da pasaporte a un médico porque “lo hizo la dictadura” y un solo pelotero de Triple A es una inversión superior a todos los galenos era castrista posiblemente, figúrese) y, de segunda mano, extenderle un contrato sustituto por diez campañas y 250-300 millones, que supondría sacarlo del Beisbol Organizado.
Todos los jugadores del Caribe pudieran ser empleados por sus países como obreros de esa extraña patria si hacen lo mismo, además, de una vez acabarían con el “odiado Norte” a través del beisbol, eso sí, más nunca acceso a nada que tenga que ver con las Grandes Ligas: ni topes ni entrenamientos, incluso, como hacían los castristas (hoy no, que se están integrando) ni bates ni pelotas ni tela para uniformes ni seguro médico ni de vida ni preocupación por las lesiones de los atletas ni luces en los estadios ni… ¿Podrían? ¿Por qué las federaciones no le proponen estas medidas para defender la patria de la agresión imperialista a sus gobiernos y a sus jugadores del Beisbol Organizado? ¿Cuándo se van a decidir en vez de hablar tanta basura?
Jim Palmer dijo que nunca hubiera jugado en el “mal llamado Clásico” (¡Qué bella construcción, la aprendí leyendo al Granma y a Marino Martínez en el Nuevo Herald, pero referida a la Serie Mundial de Grandes Ligas!) el HOF agregó que reconocía el empeño, pero que no hubiera sacrificado el entrenamiento por “esa gracia”. A Estados Unidos, donde predomina el billete, no se le puede incluir en la agenda propuesta, sobre todo, porque el presidente Obama no está muy interesado en asuntos patrioteros ni patrióticos, es decir, punto de partida.
En el único lugar que se toma en serio el Clásico es en la Cuba castrista, porque esa es su competencia, a la que llegan en juego y, si no llegaran, igual tenían que asistir, porque la tiranía hizo lo correcto para que sus jugadores la representen: rompió con todo lo relativo al Beisbol Organizado y, aunque el contrato fue por la eternidad sin dinero, premia a sus jugadores con el cariño y el respeto de todo un pueblo, encabezado por su MÁXIMO LÍDER y su robolución como bastiones de la dignidad insobornable del “hombre nuevo”.
Los manipuladores de los sentimientos y de la opinión pública en países de clásicos y ese tipo de basura, que no reconocen que dos jugadores mexicanos se ganaron lesiones por asistir, deberían apoyar las gestiones de los partidos liberales a ver si se llevan “el gato al agua” y, como dijo Chávez que hace el barco cubano, ponerse a navegar por esos mismos “mares de felicidad”.
Después, que preparen un par de palabritas para ofender a los que se vayan nadando hacia la cueva del monstruo, como hacen con Kendri Morales o el Duque Hernández, cuando la barca de Caronte comience a hacer agua.
Todo está en el ensayo… creo que es muy hipócrita sentir una condición política elemental y no hablar claro o, mejor, ni intentar ponerla en juego, ¿Cuándo van a decidirse a salir del closet?
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