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BEISBOL 007

DURA REAFIRMACIÓN DE LA CIUDADANÍA EN BA YAMÓN

DURA REAFIRMACIÓN DE LA CIUDADANÍA EN BAYAMÓN

Por Andrés Pascual

Como sucede con la mayoría de los pugilistas de origen hispano que nacen en Estados Unidos y se sienten más orgullosos de su ancestros que de su país natal, Danny García (28-0, 16 KO’s) se ha hecho llamar boricua siempre y hasta Bayamón, al Coliseo Rubén Rodríguez, viajó a unificar las fajas junior welter del CMB y de la AMB contra el corajudo fajador Mauricio Herrera (20-4, 7 KO’s).

Ante un público que lo hizo suyo desde su llegada a la Isla, que lo apoyó durante los doce rounds que duró el pleito, el norteamericano encontró un escollo de tal magnitud en el ring que un juez votó tablas 114-114, aunque dos lo vieron ganar 116-112 la decision mayoritaria.

¿Si la pelea no hubiera sido en Puerto Rico? Al modo mío de verlo, igual se quedaba con el veredicto, tal vez un poco más cerrada la votación, quizás en el orden de 114-112.

Mauricio Herrera, que no es pegador, fue un contrario mucho más difícil para Danny García que Lucas Mathysse, no porque sea mejor que el argentino, sino por lo que representa el favoritismo.

Cuando el boricua-americano le ganó al gaucho, nadie creía que terminaría de pie la pelea, nadie daba un cabo de tabaco por su victoria y eso sucede cada vez que un boxeador bueno, de posibilidades, enfrenta a otro al que las apuestas favorecen desordenadamente, entonces se boxea sin la presión extra que pone saberse el “elegido” no solo del público, sino de sí mismo porque “no puedo perder”.

En Bayamón, posiblemente le haya sucedido lo mismo a García, que ganó sudando sangre desde el principio contra un rival que no se amedrentó, que atacó sin cuartel durante todo el pleito.

La pelea la puso del lado del campeón y ganador el round once, inobjetable y más de la mitad de último.

El vencedor es uno de los mejores boxeadores de riposta del momento y, sin dudas, lo mejor de la división de las 140 libras.

Si Danny García necesitaba una visita a la patria de sus padres para bautizarse boricua de corazón, la unificación de faja por poco le resulta un desastre, lo apretado de su victoria contra Herrera, pone de nuevo sobre el tapete que “debajo de cualquier piedra puede haber un sapo”.

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