Adolfo Luque / BIOGRAFIA
Adolfo Domingo De Guzmán Luque. Gloria del deporte cubano, conocido con los motes de Papá Montero y Habana Perfecto. Entra en las Ligas Mayores en 1914con los Bravos de Boston. Fue champion pitcher en 1923 con el equipo los Rojos de Cincinnati, acumulando 27 triunfos, solo ocho reveses y 1,93 carreras limpias por partido. Durante 20 temporadas de actuación en Grandes Ligas, implantó el récord de 193-179, con promedio de carreras limpias de 3.23 y 28 salvadas como relevista, 26 lechadas y 3 liderazgos en ese departamento, obtuvo el título de Campeón mundial en 1919 y1933.Al retirarse como pelotero activo fue Entrenador deportivo.
Nace en La Habana el 4 de agosto de 1890, los padres eran adinerados, por lo que recibió una buena educación, desde niño le gusto practicar beisbol, se inició en elBéisbol jugando la tercera base del club Vedado.
Era bajo de estatura, blanco de piel, por lo cual casi siempre se le veía la cara roja, de voz gruesa y carácter enérgico. Fue un gran pelotero, entrenador y director de varios equipos tanto en Cuba como en el extranjero, por lo cual todos los peloteros lo obedecían por el prestigió que se ganó.
Tenía un fuerte temperamento, por ello fue apodado “Habana Perfecto” en Estados Unidos y la defensa de la cubanía, estaba mas allá del vestir típico nacional de la época, llevando sombrero de pajilla, pantalón hacendado, guayabera y un “habano” de vueltabajero # 5 entre los dientes, le gano el respeto entre el público y los jugadores americanos quienes, varias veces, probaron el patriotismo a base de puñetazos sin ningún tipo de contemplaciones.
Padecía del corazón y el 3 de julio de 1957 a la edad de 67 años muere de un ataque cardiaco, en La Habana.
Tenía mucha destreza para el beisbol, por lo que en 1912 Agustín “Tinti” Molina, maneger del club “Fe” de la Liga Cubana, se interesa por él, comienzando su ascenso deportivo, se hizo un experto en dar la bola curva,lo cual impresionaba a los contrarios. A continuación relacionamos alguno de los resultados más significativos:
- 1914: Debuta en Grandes Ligas con los Boston Braves de la Liga Nacional.
- 1918: Fue transferido a los Cincinnati Reds, ese año ganó seis juegos y perdió tres y su promedio de limpias fue 3.80, manteniéndose durante doce temporadas.
- 1919: Participa en la Serie Mundial, jugó principalmente de pitcher,contribuye con 9-3 y 2.63 a que su club gane la Liga Nacional y enfrente al poderoso Chicago White Sox.
- 1920 a 1922: Se convierte en un pitcher estrella, liderando la Liga Nacional en derrotas, gano 13 juegos y perdió 9; pero mantuvo su tremendo promedio de carreras limpias por debajo de 3 con 2.51
- 1921: Se produce la que, segun el propio Luque, fue su mejor temporada al concluir con 17-19 y 3.38 clp, pero con 11 juegos perdidos por una carrera.
- 1923: En la temporada de Grandes Ligas con 33 años se coronó líder de los lanzadores al ganar 27 desafíos y perder 8 con los Rojos del Cincinnati, a lo que sumó un asombroso promedio de 1,93 carreras limpias por juego de nueve entradas. En esa campaña, el cubano ocupó la lomita en 41 ocasiones, 37 en funciones de abridor, y trabajó en 322 entradas, Seis de sus 27 éxitos fueron por la vía de la lechada y en cuatro ocasiones permitió una sola carrera.
- 1925: Ganó 16 y perdió 18, no obstante resultar de nuevo el primero en efectividad al lanzar para 2,63 carreras limpias.
- 1930 a 1931: Le cambian al Brooklin y después Jugó en Los Ángeles Dodgers
- 1932 a 1935: Pasó a jugar con los Gigantes de New York. Él estuvo con los Gigantes en la Serie Mundial de 1933, siendo el pitcher en el 5º y último juego de la serie frente de los Washington Senators. Terminó su carrera con un récord de 194-179 y un promedio de 3,24.
- 1936: Se retira del deporte activo, pero pasa a ser entrenador de pitchers, pues dada su experiencia y dedicación es contratado por el equipo de los Gigantes, hasta 1945.
- 1953: dirigió al equipo mexicano de Guadalajara, en una serie de cuatro juegos de la Liga de la Costa contra Hermosillos, obteniendo la victoria.
Era un hombre educado, hablaba inglés y español, fue catalogado como un modelo de manager, cuando le llamaba la atención a los jugadores lo hacía en buena forma, fue el mentor más renombrado del Puebla, así como en los Estados Unidos fue considerado como el cubano más importante, ya que tenía buenas relaciones con americanos tanto blancos como negros, pues no era racista.
Luque lanzó cinco inmaculados innings como relevista frente a los Medias Blancas de Chicago en la Serie Mundial de 1919, la misma en la cual ocho peloteros del Chicagofueron separados para siempre del béisbol al comprobarse que se entendían con los apostadores, Catorce años después, en 1933, un veterano Luque de 43 años de edad retornaba al clásico mundial de octubre, esa vez con los Gigantes de Nueva York, equipo al cual había sido canjeado la temporada anterior.
La Serie con los Senadores de Washington, titulares de la Liga Americana, llegó al quinto juego con ventaja de tres victorias por una para los Gigantes, que necesitaban de un triunfo más para coronarse. Con el juego empatado a tres carreras, Luque fue llamado por el manager Bill Terry a sofocar una rebelión senatorial en la quinta entrada y no solo la sofocó, sino que se mantuvo firme hasta la novena en que los Gigantes le dieron una carrera de ventaja,el trabajo impecable de Luque parecía garantizar la escasa ventaja, cuando en el final del noveno, última oportunidad para el Washington, que jugaba en su terreno, el cubano se metió en complicaciones y con dos outs llenó las bases. Tocaba el turno al inicialista Joe Kuhel, quien llegó al clásico luego de destrozar a los lanzadores de la Americana, y el manager Bill Terry, salió disparado como una flecha hacia el box a pedirle la bola al cubano, quien a su edad, pensó tal vez Terry, había hecho más de lo esperado. Mas, al llegar a la lomita, el manager se topó con un Luque que con gestos fieros y echando fuego por los ojos se negaba a entregarle la pelota, por lo que el piloto de los Gigantes, que conocía del temperamento del cubano, lo dejó en el montículo.
Tres lanzamientos después, ¡sólo tres¡ Luque tiraba el guante al aire y corría al encuentro de sus compañeros, en tanto un entristecido Kuhel se dirigía cabizbajo a la cueva de los Senadores.
En Cuba, Adolfo Luque jugó como profesional desde 1912, año en que debutó en tercera base con el Fe y dejó archivadas 93 victorias frente a 62 reveses cuando en la temporada de 1938-1939 lanzó su último partido para el Almendares, equipo al cual sirvió la mayor parte de su vida y para cuyos parciales fue, mucho más que una figura mimada, un auténtico caudillo por su indiscutible calidad, por lo mucho que quiso la enseña azul, y por el carácter explosivo que lo dotó de un colorido excepcional.
Como manager, ganó siete campeonatos de la Liga Cubana para el Almendares y uno con el Cienfuegos. También fue un manager ganador con los “Pericos” de Puebla, en la Liga Mexicana Mayor, y durante ocho años fue entrenador de pitcheo para los Gigantes de Nueva York, plaza que abandonó para irse a México.
Es considerado una Gloria deportiva del béisbol cubano y de América Latina, por ello en el salón de actos del Estadio Latinoamericano se encuentra un busto que perpetúa su memoria.
En total, Luque se mantuvo en las Grandes Ligas en forma ininterrumpida desde 1918, fecha en que se estableció definitivamente con el Cincinnati, hasta 1935, año en el cual compiló uno y cero para los Gigantes de Nueva York, en la propia Liga Nacional de las Mayores. En ese período de tiempo, el “Habana Perfecto”, como le llamaron los periodistas norteamericanos, ganó 194 juegos y perdió 170, con promedio de 3,24 carreras limpias, mejor que el de ases yanquis del montículo exaltados al Salón de la Fama, distinción negada hasta hoy al cubano.
Adolfo Luque es un caso digno de interés e importancia de la nacionalidad cubana, porque traspaso los límites de la leyenda hasta casi convertirse en personaje mítico, sólo comparado con otros dos grandes del deporte en Cuba, como fueron el genio del ajedrez José Raúl Capablanca y el boxeador Eligio Sardiñas Kit Chocolate.
El principal lanzamiento del pelotero era la bola curva, se concentraba mucho en el juego, su atención a los detalles le permitió ser un gran profesor tras su retiro y entrenador de pitchers en el equipo de los Gigantes entre 1936 a 1938 y 1942 a 1945, en 1953 dirigió el equipo mexicano de Guadalajara, en una serie de cuatro juegos de la Liga de la Costa contra Hermosillos, obteniendo la victoria.
El periodista Eladio Secades escribió sobre este personaje deportivo: “Se advertía en Luque un contraste digno de admiración y de estudio. El hombre brusco, obcecado y presto al estallido, poseía en cambio una singular inteligencia y aplomo en los momentos de apuro. Fue un gran lanzador no solo por su brazo de Hércules, sino, además, porque poseía un corazón de fiera, porque disponía de una retentiva de prodigio para tener presente las virtudes y defectos de los bateadores que enfrentaba. Sobre el lanzamiento que provocaba un batazo violento, ese propio adversario no podría repetir el daño en el resto de su vida…” Fuera del terreno, como el genuino cubano que era, Luque gustaba de vestir la típica guayabera y el sombrero de jipi japa, frecuentar las vallas de gallos y compartir una botella de buen ron ante una mesa de dominó [1]
Era primo en segunda rama materna del gran torero Manololete y amigo personal deErnest Hemingway. En Puebla lo quisieron y admiraron por lo cual el hermano de su última esposa Yvonne Recek le hizo una composición que tituló: “Elegía a Papá Montero”.
Esto sucedió en un juego de entrenamiento en la primavera de 1924, y los Cardenales de San Luis le habían dado la oportunidad de adiestrarse junto a ellos al joven Stan Smith, quien había demostrado condiciones en las categorías inferiores. El novato era arrogante, y pensaba que entre la elite igual podría desforrar la esférica. De hecho, las primeras veces al bate le dieron razones para el engreimiento, pues le pegó tres hits al abridor del choque preparatorio contra los Rojos de Cincinati.
Entonces los Rojos de Cincinnati enviaron a un relevista que fue el gran Luque. Y mientras éste conversaba brevemente con su receptor, a Smith le llamó la atención el acento de aquel pitcher. El diálogo no se hizo esperar.
- ¿Qué idioma es ese que hablas?
- Español.
- ¿Y como te llamas?
- Adolfo Luque.
- ¿Adolfo qué?
- Luque, dijo con evidente fastidio el cubano.
- ¿Y de dónde eres?
- De Cuba.
- ¿Cuba? ¿Dónde rayos queda eso?
- Al Sur de Brooklyn, respondió Luque indignado.
En ese momento, el árbitro rompió la dilatada charla, y solo se escuchó una frase mitad amenazante, mitad premonitoria: “Ahora tú vas a saber dónde queda Cuba”.
Lo primero fue una recta pegada que Smith dejó pasar. Luego vino otra recta hacia la otra esquina. “Strike two”, gritó el umpire. Y cuando el confundido jovenzuelo esperaba quién sabe qué cosa en el home plate, una curva le dio el tiro de gracia. Anonadado, Smith no se movió. Parecía congelado en el cajón. El catcher lo sacó del mal momento: No te acongojes, le dijo. Ese señor ganó 27 juegos el año pasado en Grandes Ligas.[2]“
Récords
- El lanzador que más temporadas actuó (22).
- 2do en juegos ganados (106).
- 3ero en perdidos (71).
- 4to en completos (113).
- 7mo en porcentaje de ganados y perdidos (.599)
- 10mo en juegos lanzados (216).
- Implantó un récord de más ponches consecutivos (7), el 17 de febrero de 1923.
- Lideró 7 veces los juegos ganados y 4 los ganados y perdidos.
- En 1917 encabezó las lechadas (2), 1920-1921 (3) y en 1932-1933 (1).
- Al frente en juegos completos: 1922-1923 (12) y 1926-1927 (13), en el torneo independiente.
- Dos veces lideró el porcentaje: 1928-1929 (.818) y 1926-1927 (.625), en el torneo independiente.
- En 1934-1935 encabezó las carreras limpias (1,27).
- Se proclamó líder de los bateadores en 1917 (.355), con el ORIENTALS.
- Fue el primer lanzador cubano y latino que actuó en las Grandes Ligas.
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