LOS GRANDES BOXEADORES NO SON BUENOS TRAINERS
Por Andrés Pascual
Han intentado como referíes, desconozco si alguno se ha sentado a una mesa judicial para proponer un ganador anotando tarjetas; han promovido pleitos, como Dempsey en 1949, que preparó la pelea en Miami por la faja pluma entre Pep y el cubano Humberto Sierra; pero trainers, lo que se dice preparadores, ningúna leyenda de Fistiana ha sido ni regular, aunque lo han intentado infructuosamente algunos.
El trainer emérito, cuya fama iguala o sobrepasa la de boxeadores estrellas, por lo general, no fue un gran boxeador; sin embargo, desde que entró a un gimnasio por primera vez, intentó averiguarlo todo observando mucho, por eso ha sido capaz de dominar el espectro boxístico como no ha podido un gran campeón, a quien, por lo general, poco le importa cómo hacer ganar a un pugilista, sino subir y boxear de acuerdo a sus habilidades o continuar viviendo del cuento.
Las dos leyendas cubanas del oficio no fueron ni remotamente del nivel de los campeones que prepararon: Luis Sarría (foto portada con Alí) y Kid Rapidez (foto con mantequilla) fueron malos boxeadores de pocas peleas, pero tenían instinto especial; el olfato para detalles que, un preparador común y corriente no poseía, como intuir que un golpe lastimó al boxeador que ayuda en la esquina y nadie lo observó; sobre el sentido especial de Luis para “ver” lo que nadie pudo sobran los boxeadores que lo experimentaron: Dundee, por un lado ordenándole ¡Sal y mátalo, que está listo! y el modesto y genial villareño por el otro, susurrándole, ¡Sepárate, corre, aguántate de todo lo que puedas, de la trusa, de las sogas…que el muerto eres tú, estás noqueado de pie, ni se te ocurra pegarte que te caes con un jab que no llegue!
Es suerte contar con un hombre que te ayude a arreglar las habilidades que necesiten ajuste; pero, que desde la esquina te diga hasta cómo estás para imponer la estrategía a partir de un round, es una bendición.
Sucede en el beisbol también, las estrellas quieren que el recluta lo haga como ellos lo hubieran hecho y ahí está el fracaso como trainer competitivo, porque todos no poseen las habilidades que tuvo quien lo exige para lucir como su reproducción.
El buen entrtenador de boxeo o de beisbol es el que observa y enseña para que un atleta gane la pelea, no para que se inmortalice de zopetón y ahí está la diferencia.
Shane Mosley (última de las fotos) entrenará boxeadores, de su parte corre imponer su visión personal sobre el ring a los entrenados o indicarles qué hacer de acuerdo a la capacidad boxística que poseen y la del contrario. El tiempo dirá si Mosley puede ser tan grande como trainer que como pugilista.
0 comentarios