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BEISBOL 007

Destellos de la memoria / Jose Salazar

Destellos de la memoria /  Jose Salazar

Personajes de mi pueblo: Enzo Hernández

 

“Empaca tus problemas en la bolsa
y sonríe, sonríe, sonríe”
Ella W. Wilcox.

Desde que tengo uso de razón he sido aficionado al deporte de las 4 esquinas. Fui fanático de los “Tiburones de La Guaira”, hasta que se fundo la divisa “Caribes de Oriente”, hoy “Caribes de Anzoátegui. Por muchos años seguí, por radio, prensa escrita los juegos del béisbol (después llegó magia de la TV) y en esos tiempos era extraño que un jugador de estas tierras llegara al profesional, mucho menos a las grandes ligas, quizá por eso, cuando Enzo Hernández firmó al profesional, específicamente con los Tiburones, la emoción que nos embargó fue inmensa. Hizo el grado, se estableció, triunfo, brilló y se hizo estrella, a base de constancia, dedicación, empeño y espíritu deportivo. Enzo Hernández, se convirtió en uno de los mejores short stop de todos los tiempos de la pelota rentada venezolana. Esa historia es harto conocida.

Nuestro amigo Enzo Octavio Hernández Martínez, vino al mundo un día de la juventud en el año 1949, en el caserío el Guasimo, a 6 kms. de Valle Guanape, en la finca el “Trío” de su abuelo Pedro Rafael Valera, el popular “don Rubito”. . Sus padres Ricarte y Ramona Martínez de Hernández emigraron hacía San Tome, cuando el niño apenas tenía un año, ya que el señor era enfermero y había logrado empleo en el hospital de la Mene Grande Oil Company. En ese campo petrolero discurrió su niñez, estudio su primaria e inició sus estudios de secundaria en el Liceo Briceño Méndez, pasó al Liceo Guanipa y no concluyó la educación media, porque firmó para jugar béisbol profesional con Los Tiburones de La Guaira y Los Astros de Houston, cuando apenas alcanzaba los 17 años. El bono, increíble, Los Tiburones le dieron Bs. 3.000,oo por la firma y el contrato con los Astros, lo negociaron ellos sin consulta de ningún tipo. Eran las reglas de la época y punto. O te adaptas o pereces.

Cuando Enzo Hernández, promediaba los 10 años, su única experiencia como jugador de béisbol era la que poseíamos todos los niños a esa edad. Pelota de goma, caimanera y partidas entre chamos. En el año 1959, Francisco Pinto, gloria del béisbol amateur de Venezuela y orgullo de nuestra zona sur, organizó un campeonato de la categoría infantil que dio la oportunidad a Enzo de demostrar sus habilidades como short stop, Eso le permitió, ese mismo año, acudir al campeonato nacional que se celebró en Maturín. Dos años más tarde es seleccionado para conformar el equipo de la misma categoría para representar al estado Anzoátegui, esta vez en el nacional que tuvo como escenario la ciudad de Coro, en el estado Falcón. Luego vino una pausa de 4 años, que se dedicó a los estudios y a jugar en las caimaneras, que era su pasatiempo favorito ya que no había béisbol organizado en las categorías de júnior y juvenil, pero cuando cumplió los 16 años ingresó al equipo AA de La Mene Grande Oil Company y el siguiente año estaba jugando short stop en los juegos nacionales, con el equipo de Anzoátegui. Vocación, y calidad a toda prueba.

En esos juegos nacionales del año 1965 que se celebraron en Barcelona, el manager del equipo de Anzoátegui era nada más y nada menos que Alfonso “Chico” Carrasquel, quien tuvo la audacia de colocar a Enzo como regular y sentar a una de los mejores short stop de Anzoátegui que ya era todo un veterano en ese momento. Uvencio “La Ciega” Betancourt. Enzo, dio la talla y amainó la crítica que llovió sobre “Chico” Carrasquel. Es que desde el primer momento que “Chico” observó en las prácticas a nuestro personaje le entró el pálpito que estaba ante un extraordinario prospecto, que merecía una oportunidad para que demostrara su talento y clase. Nunca se equivoco y a pesar de las críticas de los managers de tribuna, técnicos y la prensa especializada, acertó. Las oportunidades difícilmente se repiten y Enzo supo aprovecharla. Capacidad, disciplina y vocación le permitieron pasar esa difícil y exigente experiencia. En el año 1966 asistió de nuevo al nacional de béisbol amateur y se negó a jugar por desavenencias con el manager de turno, Ángel “Pollino” Méndez, que se empeño en que se jugara segunda y Enzo no aceptó. Cuestión de dignidad cuando se tiene un puesto bien ganado que no da margen a prestarse para injusticias.

Ese impasse, no fue óbice para que el año siguiente estuviese firmando para el profesional, con Los Tiburones de La Guaira y los Astros de Houston, equipo que lo asigno al “Cocoa” Clase A, de su sucursal en el estado de La Florida, jugó la temporada completa, para volver el año siguiente e incorporarse en la Liga de Carolina del Norte, al equipo Greensboro clase A. En el año 1969 estando en Venezuela y cuando se disponía regresar al norte, es sorprendido por un cambio de peloteros entre los Astros y Orioles Baltimore que involucraba a Miguel Cuellar y el catcher estrella Curt Blefary, así como a varios de las ligas menores, donde lo incluyeron y producto de ese cambio fue incorporado a la organización de los Orioles de Baltimore. Su nueva organización lo asignó en el año 1969 en La liga de Texas al Dallas AA y terminó la temporada en la liga de La Florida con Los Marlins Florida, que para la época era clase A. En el 1970 vuelve al Dallas AA y concluye la temporada con el equipo Rochester AAA, antesala del equipo de los Orioles de Baltimore, equipo que ese año lo incluye en el roster de los 40, para protegerlo y cotizarlo mejor, ya que sabían del interés de los Padres de San Diego por adquirirlo y era clave en una negociación grande con esa divisa. Llegó el cambió dónde se vieron involucrados peloteros de la talla del pitcher estrella Pat Dobsón y el único de las ligas menores era Enzo Hernández. No hay mal que por bien no venga. Fue su último año en las menores.

Obviamente los Padres de San Diego tenían urgencia de un short stop y con Enzo Hernández, el mandado estaba hecho. Habían logrado. ¡Al fin! Un jugador que les cubriera con solvencia, brillantez y calidad inigualable el campocorto. Fueron 7 años de duro batallar que tuvo Enzo con el equipo de Los Padres, hasta que, comenzaron las molestias en la espalda que no le permitían desempeñarse en el campo con la agilidad, soltura, solvencia y la calidad que le caracterizaba, que le habían acrecentado su fama y prestigio en la grandes ligas y el béisbol profesional venezolano. Los médicos gringos le hicieron todos los estudios especializados y no encontraban ninguna patología grave que impidiera su desempeño como jugador regular. Fue un médico mexicano, amigo personal de Enzo, quién subrepticiamente sustrajo un informe médico que le entrego, donde se veía clarito que padecía de hernias díscales. El equipo de Los Padres de San Diego, no respondía ante la gravedad del asunto y contrariando de la opinión de los médicos del equipo, regresó a Venezuela en el año 1977 y se hizo operar por cuenta propia con el cirujano Rafael Castillo, operación que resultó un éxito temporal, ya que cuando regresó al norte, fue cambiado a Los Dodger de Los Ángeles, fue asignado a la sucursal triple A mientras se recuperaba, subió por 15 días y ante el peloteo de que era objeto en su condición de operado, decidió regresar a Venezuela y retirarse definitivamente como pelotero activo.

Enzo Hernández es hijo adoptivo de El Tigre. Una feliz casualidad lo conectó para toda la vida con esta ciudad que nació de manera aluvional al calor del oro negro un 23 de febrero de 1933. Resulta que, la familia del Dr. Antonio Caraballo, dueño de la Farmacia “Virgen del Valle” ubicada en la avenida Francisco de Miranda, era fanática en su totalidad de Los Tiburones de La Guaira, un día del año 1971, estaban esperando un familiar que venía de Mérida a Maiquetía y como había tiempo decidieron visitar las oficinas del equipo escualo en La Guaira. ¡Bingo! En ese momento por una eventualidad, coincidieron con el joven prospecto formado en San Tome que hacia las diligencias de rutina ante los ejecutivos de la novena y fueron presentados. Ellys y él se vieron y quedaron prendados. ¡Amor a primera vista! El tiempo pareciera confirmar esa hipótesis con creces. El 06 de octubre del 1972 contrajeron nupcias y hoy cuando ambos disfrutan el descanso del guerrero en la paz, alegría y armonía del hogar, también gozan de la inmensa satisfacción de contar con dos lindas hijas. Ellys María, TSU en relaciones industriales que labora en San Tome y Janet Virginia, Ingeniera Civil que ejerce libremente su profesión y la guinda más simpática del pastel está representada por la linda, coqueta y graciosa nieta Isabella que es la dueña del corazón de la familia.

Deliberadamente, hemos obviado, en está pequeña crónica, la carrera espectacular que desarrollo magistralmente Enzo Hernández con Los Tiburones de La Guaira, porque es historia bien conocida para los que somos fanáticos al béisbol, sin embargo, hay algunos detalles con los medios de comunicación social que marcaron la vida de este extraordinario pelotero venezolano, que me parecen interesantes ya que hasta hoy sintiera para el resto de su vida, no los tolera y mucho menos ojea, porque no los considera veraz e imparciales en el tratamiento de la información. Razones, veamos: Estando de novato con Los Tiburones de La Guaira, por razones personales, no durmió en la pensión, que incluso el mismo pagaba. Los medios se entraron y montaron un chisme de padre y señor mío. Enzo Hernández era un borracho de “aguardiente barata”, lo que le costó una suspensión por parte del equipo. En otra oportunidad escribieron que una hermana de Enzo, de nombre Maritza, había montado un espectáculo bochornoso en las tribunas estando ebria y escandalosa. Enzo Hernández es abstemio y no tiene hermana llamada Maritza. ¿Maledicencia? Toda una mentira imperdonable. Esos horrores y falta de ética profesional de esos comunicadores, lograron que nuestro excelso jugador le tenga aversión a los medios de comunicación social. El que está picado de Macagua cuando ve bejuco se espanta.

La cuestión no se queda allí. Cuando Enzo Hernández comenzó a sentir las molestias que le producían las hernias discales, muchos dijeron que no tenía nada, pura pantalla, decían y aprovechando perversa matriz de opinión, un periodista tituló: “Misteriosa lesión aqueja a Enzo Hernández” y ese mismo día, estando en la sala de masajes del equipo, el tipo se le acercó y le preguntó ¿Cómo te sientes Enzo? y este le contesto. “Misteriosamente” el tipo montó en cólera para nunca perdonarle la salida irónica, pero llena de realismo. Ahora cuando el gobernador, por iniciativa propia, propone su nombre, en un acto de justicia, para el estadio de El Tigre, que remodelo totalmente para convertirlo en sede alterna de Los Caribes de Anzoátegui, una cadena radial local que orbita en la marisma fecal y que está, bien desprestigiada por cierto, se ensaño contra su persona cuestionando que esa moderna instalación deportiva lleve su prestigioso nombre. Gajes del oficio para un político, pero no para un deportista de la talla, categoría y bien ganado prestigio de nuestro amigo Enzo Hernández. No olvidéis. No hace daño el quiere sino el que puede y quien podrá demoler el muro .ético, moral, conductual y deportivo de Enzo. Se quedaron y quedarán con los crespos hechos.

Enzo Hernández el torpedero estrella de Los Tiburones de La Guaira y Los Padres de San Diego está retirado de los diamantes, vive en El Tigre rodeado del calor familiar y a pesar de todos los avatares sigue sembrado en el corazón de los fanáticos del béisbol como uno de sus ídolos de todos los tiempos. En la grama corta, a pesar de mediana estatura fue un gigante que supo brillar con luz propia y colocó bien en alto del pabellón regional y nacional.

Nuestro prodigioso pelotero, hijo adoptivo de la ciudad, como tituló el diario El Nacional, cuando reseñó la reinauguración del estadio de El Tigre, que orgullosamente lleva su egregio nombre “Enzo Hernández no será olvidado”, no porqué nuestro moderno estadio lleve su nombre, sino cuando se hable o escriba la historia del béisbol en Venezuela y los mejores jugadores de nuestra patria en las más bellas páginas, estará inscrito con letras doradas el nombre del grandes ligas número 20 venezolano. No hay un ápice de dudas.

Enzo Hernández, a pesar de los problemas de salud, la maledicencia de algunos mercenarios del micrófono, empaca sus problemas en la gran mochila de éxitos que alcanzó en su fructífera vida como deportista, que cosecha como ejemplar padre de familia y excelente ciudadano, para sonreírle a la vida, a los envidiosos y enemigos gratuitos. Valió y vale la pena vivir ya que la vida es una larga lección de humanidad. Ya lo dijo el poeta Antonio Machado “Caminante no hay camino se hace camino al andar” Ayer con la velocidad requerida, hoy despacio, Enzo, sigue caminando y haciendo camino.
Autor: JOSÉ “CHEO” SALAZAR LUGAR: EL TIGRE, ANZOÁTEGUI, VENEZUELA

Nació en El Tigre ubicado en el Estado Anzoátegui de la República Bolivariana de Venezuela, el 21 de enero de 1952. Ha ocupado los siguientes cargos públicos: Jefe de Fiscalizaciones del Concejo Municipal del Municipio Simón Rodríguez, Concejal, Auxiliar docente en el Instituto Universitario José Antonio Anzoátegui, Presidente Municipal En ejercicio, Diputado a la Asamblea Legislativa del estado Anzoátegui como Primer Vice-presidente y como Presidente encargado.

1 comentario

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