VERDEJO RUMBO AL ESTRELLATO
Por Andrés Pascual
¿Qué tiene el boricua Félix Verdejo (foto vs López) para sumarse a la constelación de astros que, unos con más intensidad que otros, refulgen en el firmamento boxístico de hoy?
Al modo mío de verlo, en lo personal tiene todo lo que se necesita: gran defensa, gran ataque, pegada con ambas manos, velocidad de pies y de manos, movimientos gráciles casi rítmicos, instinto, intuición, HAMBRE Y CODICIA; además del respeto por el contrario, ajeno a las desagradables payasadas modernas bajando la guardia, sacando la lengua… marca registrada del mal boxeo presente o gesto decadente y provocador, cuando se tiene muy poco que mostrar como figura de nivel mundial, vicio que solo sirve para reafirmar la imagen deplorable de la personalidad del pugilista de hoy que, en porciento alarmante, vence pero no convence.
Solo queda que en lo deportivo no lo apuren ni en lo económico lo exploten con fines ajenos, condiciones obligatorias para reforzar el éxito, que no están ni en los puños ni en las piernas de ningún boxeador.
Verdejo es una promesa verdadera, en poco tiempo será un campeón de brillo personal por cuenta propia, por sus envidiables habilidades y por la forma como se entrena para el compromiso.
La última víctima del novato sensación fue Marco Antonio López, que lució su barriga, pero que tiró sus golpes, por lo menos yo lo vi hacer, aunque fuera, el mínimo ¿Por qué cayó noqueado en el 5to? ¿Acaso porque llegó mal preparado? No lo creo, ni si regresa del OLIMPO Ray Arcel, lo entrena y sube como Adonis, pudiera ganarle a un joven que, hoy, por lo que se ve, para ser campeón mundial necesita la pelea que lo encumbre únicamente.
Los grandes boxeadores no son los que boxean constantemente contra maravillas del pugilato y ganan, porque, generacionalmente, existen muy pocas como para ganarle a un inmortal cada 5 días.
Los peleadores que están destinados a ocupar un lugar importante en los anales de Fistiana son los que, cada vez que enfrentan a alguien inferior o “mal preparado”, como ha hecho hasta hoy Verdejo, lo matan sin misericordia, lo fulminan sin dejar margen a dudas. El boxeador del montón, algo menos que bueno, es el 90 % de cada división.
Al malo, al regular o al increíblemente mal preparado pese a ser un profesional del ring, se le destruye como hace el orgullo boricua, cuando sucede así, el cronista puede correr el riesgo de proponer a la joven figura como un prodigio del boxeo; a pesar de que, ante peleadores bisoños, como decía Eladio Secades, “se debe ser cauteloso en el elogio…”, sin embargo, con Félix estamos ante un tipo de gladiador como otros inmortales en sus comienzos, con los que ha sido casi imposible fallar el pronóstico.
Hoy en la división ligera, mañana tal vez un poco más arriba, pero ese juvenil será uno de los “megapeleadores” del boxeo pronto, si no al tiempo.
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