SIRI SALIDO Y LA REVANCHA OBLIGATORIA
Por Andrés Pascual
La “clásusula de la revancha obligatoria” ¡Qué barbaridad! todavía prevalece el documento que obliga a un retador a ofrecerle la primera oportunidad de defensa, si gana un título, al ex campeón que lo perdió.
Nadie como Sugar Ray Robinson para nadar en aguas turbias que nunca se aclararon ni, por lo que se vé, interesa hacerlo. Este boxeador ¡Jamás! peleó sin previo acuerdo que obligara al contrario a devolverle la diadema; porque así se entendía el panfleto: “me ganas con buena concurrencia y me tienes que dar el desquite con más dinero, más público y menos moral, si cabe, que previo al bout…”
Hay gavetas que no pueden abrirse porque “tienen cucarachas”, lo mismo que hacer público ciertos movimientos sucios de leyendas imprescindible en los anales de Fistiana ¿Por qué el Azúcar de Harlem se “retira” en su mejor momento para los medianos, acabado de ganar la faja, coincidiendo con el despegue de Marciano y regresa, coincidentemente, cuando se anuncia el retiro del Leñador de Brockton o muy próximo a este? Ahí está el detalle.
Orlando Salido, que perdió una batalla y el título superpluma contra el boricua Román Martínez, quiere la revancha, según sus palabras “lo más pronto posible”; la pelea se firmó al amparo de la “inmoral cláusula de la revancha obligatoria”, como llamaban al trámite los cronistas del BUEN TIEMPO IDO, porque podía encubrir la pasividad y la poca acción de un campeón que entregaba la corona a sabiendas de que, en un par de meses, podía recuperarla, con el aliciente del doble del dinero en la pelea impuesta legalmente. La primera Robinson vs Turpin fue un escándalo que sirvió para ratificar el concepto de inmoral que tenían varios periodistas de la época sobre el trámite, como el Inmortal Eladio Secades, de quien mucho tiene que aprender y debe hacerlo, quien tenga acceso a lo que escribió sobre el sector boxístico.
La pelea entre Salido y Rocky Martínez fue el clásico choque de miuras, que ni dieron ni solicitaron tregua, la ganó apretadamente el puertorriqueño, que dio la impresión de estar “algo” protegido por el referí, nada extraño, sobre todo cuando chocan mexicanos contra boricuas.
Se dieron con todo y Salido cayó varias veces por el ataque despiadado de Rocky, además de que, al modo mío de verlo, la cantidad de golpes que ha asimilado comienzan a hacer estragos en su anatomía, el combate reflejó por momentos los clásicos Castillo vs Corrales.
Un hecho lamentable y peligroso, que puso al descubierto la mala coordinación entre los promotores y el sector de la salud, fue que el mexicano llegara al hospital y, durante 2 horas, no recibiera la mínima atención.
Salido pudiera lograr la fecha de la revancha mañana para boxearla en 10 días, sin embargo, no creo que vaya a lograr algo más que otra pelea disputada, como la que celebró el sábado en el Coliseo de Puerto Rico, por lo menos a Rocky Martínez no veo cómo pudiera someterlo.
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