LA PELIGROSA PRUEBA DEL CONTRARIO SUSTITUTO
Por Andrés Pascual
El pasado sábado Félix Verdejo (21-0, 14 KO’s), concluyó con sobresaliente una de las pruebas más difíciles a que se puede someter un recluta en su camino al estrellato sólido y absoluto: vencer a un peleador sustituto bueno y “desconocido”.
Resultó que José Luis Rodríguez (18-9, 12 KO’s), no era “un Rodríguez cualquiera”, sino un mexicano, por lo menos yo, cuando leo o escucho esa nacionalidad, me alerto y enciendo la luz roja, que significa peligro, “considérelo peligroso ya…”. Además, superaba el doble de los rounds de trabajo oficial del ganador.
¿Qué sucede cuando, de improviso, se cambia un boxeador por cualquier razón? Lo peor, se desperdició el entrenamiento, porque un peleador está preparándose, físico y mentalmente, para un oponente al que la esquina tuvo la oportunidad de leerlo a través de videos, sobre esa base, discutir la estrategia a seguir, que pueden ser uno o más planes si la emergencia lo reclama.
Llegó el mexicano y hubo confusión con su récord, según BoxRec, el tipo era un bulto y algunos medios se hicieron eco del error; el propio Rodríguez se cansó de decir que no era ese, sino “el que vas a ver…”, yo he boxeado más, tiro y agunto y hay que matarme y era verdad del chamaco; a veces no puede creerse ni que “al manco le falte la mano”, aunque usted no la vea…
En el ring la batalla la ganó el boricua y la ganó bien (99-91 dos jueces y 98-92 otro) pero tuvo oposición, fiera oposición y recibió castigo, sobre todo a la cara, que hizo visible y le comprometió la decisión ante algunos “sabios”, que no acaban de entender que en el boxeo hay días malos, no fue el caso, estilos que encajan, tampoco, sino boxeadores que no conocieron a fondo cuánto de bueno era “un sustituto” y este sí, por lo menos para Félix, es aplicable.
Es la 3era vez en las últimas cuatro peleas que el puertorriqueño transita la distancia, eso no es problema, tampoco puede noquear a todo el mundo ni dominar a su antojo con una mano a cuanto oponente boxee, actuaciones como la que tuvo el sábado son equivalentes a días iguales a los tenidos por promesas o por estrellas de cualquier tiempo.
Verdejo boxeó bien, ganó bien, recibió, demostró que ni el escollo de un boxeador de corazón y clase desconocido, “un gallo tapa’o”, pudo doblegarlo, está listo para empeños mayores si la mano, que es lo que me preocupa, no se “emperra”, que lo escuché quejarse y eso sí es un problema…ojalá que no, el muchacho continuó anoche la ruta a un campeonato, su brillo cobró nuevos matices, es una estrella, que nadie lo dude. A pesar de algunos periódicos cuyos cronistas llaman la pelea que comenté “deslucida”
0 comentarios