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BEISBOL 007

JHONNY: YA ME DABAN POR ACABADO

Jhonny González

 

“Hermano: ¿cómo te encuentras, hermano? ¿Estás bien?”, pregunta Jhonny González. Está arrodillado sobre la lona al lado de su amigo Abner Mares, a quien acaba de noquear en el primer round en su pelea por el campeonato mundial pluma del Consejo Mundial de Boxeo en California y quien está sentado sobre el cuadrilátero intentando reponerse. “Y ya Abner me dijo, ‘sí, estoy bien, no te preocupes’. Pero él solo lo dijo por inercia porque aún se le veía la vista perdida”.

“Uno nunca pelea con el afán de querer lastimar a su contrincante o causarle algún daño”, explica Jhonny González en entrevista exclusiva para IZQUIERDAZO, “simplemente es por ganar y salir con la mano en alto, es para que la gente te reconozca la victoria. Cuando lo vi que estaba realmente lastimado, sí me preocupe y antes de celebrar, de estar alegre porque había ganado, quise ir a ver cómo estaba”.

Y es que el golpe fue descomunal: un gancho izquierdo al mentón, con extensión y puntería. Un gancho, ese, que llevaba mensaje y estrategia.

“Nosotros practicamos mucho el golpeo al cuerpo porque sabíamos que por ahí podíamos ganar la pelea”, explica el campeón sobre la preparación del golpe que le devolvió el título. “Durante la pelea  uno se da cuenta de cómo reacciona el rival cuando siente los golpes. Me di cuenta que un golpe que le tiré abajo le dolió, lo sintió, y ahí fue cuando pensé en esa finta de pegarle otra vez abajo y cambiársela arriba. Logré conectarlo sólido y ahí fue donde se terminó todo”.

A pesar de que liquidó la pelea con un solo golpe, Jhonny González es un fiel creyente de que no existen los golpes de suerte, asegura que son “tonterías” y tiene argumentos sólidos para apoyar su pensamiento.

“No es suerte, sino dedicación y esfuerzo, es todo lo que hay detrás. A veces te sacrificas más en el gimnasio que en la pelea misma”, asegura. “Ese golpe no es de suerte, porque no solo he noqueado a Abner con ese golpe, sino que ya he noqueado a varios rivales con esa finta que hice de que le iba a pegar abajo y se la cambié arriba. La pelea pasada noqueé de esa misma manera al japonés (Akihiko Katagiri) en la Arena México. Siempre he practicado ese golpe y me sale muy bien”.

La cara de Abner Mares luego de recibir ese gancho era de conmoción, sí, pero también de sorpresa. La misma sorpresa que inundaba a todos los que habían visto el combate. Jhonny González no era el favorito, y sin embargo, sorprendió.

“Desde que llegamos a Los Ángeles, tanto la promotora de Abner como los medios de comunicación, ya me daban por acabado. No me daban ningún tipo de esperanza de ganar, y eso me motivó para ganar la pelea como fuera, para poder callar muchas bocas. Mucha gente, por medio del Twitter, me decía cosas que no eran y en lugar de desanimarme, al contrario, todo eso me motivó para tratar de ganar esta pelea y decirles que estoy de regreso”.

Jhonny siente que no solo era desfavorecido en los pronósticos y en las apuestas, sino también en el trato que recibió en California.

“Desde la arena, los comisionados que estaban en el camerino con nosotros nos molestaron. Casi diciéndole a Nacho Beristáin que no sabía vendar, o sea, ¿cómo le vas a decir a un entrenador de esa talla que no puede vendar a un peleador de esa manera?”, recuerda el peleador del momento mismo en que era vendado antes de la pelea. “Eso es ridículo de un comisionado. Se lo puedes decir a cualquier otro entrenador, pero ¿a un entrenador que es miembro del Salón de la Fama y que ha vendado a cientos de peleadores campeones del mundo? Nos querían desconcentrar desde ahí, pero nosotros nunca perdimos la calma, siempre estuvimos serenos, tranquilos, y a lo que íbamos: a ganar”.

Pero el camino para terminar con el puño en alto en una de las peleas más importantes de su carrera no ha sido fácil para Jhonny González. En octubre del año pasado perdió este mismo cinturón ante Daniel Ponce de León en una pelea accidentada que terminó yéndose a la decisión técnica tras un cabezazo accidental. La decisión, entonces, no favoreció a Jhonny. Lejos de recibir la oportunidad de la revancha, el CMB le dio la oportunidad a Abner Mares, que venía subiendo de división, para retar a Ponce.

“Nunca me desesperé, al contrario, yo sabía que tarde o temprano, se iban a dar las cosas. Yo en la pelea con Ponce no iba a al 100%, no iba bien concentrado, no alcancé a hacer la preparación adecuada por circunstancias personales que a lo mejor muchos no saben.  Ya después de que ganó Abner a Ponce, yo insistí para que se me diera la oportunidad. Yo sabía que esta era, por fin, la oportunidad que tanto estaba buscando, la que tanto sacrificio me había costado para poder llegar a las grandes ligas del boxeo y demostrar que por fin se me hizo justicia y que, por fin, estoy dentro de los grandes del boxeo”.

A pesar de que Jhonny ya había ostentado este mismo cinturón pluma del CMB y que había sido campeón gallo de la OMB, acepta que sigue sin “caerle el veinte” de lo que representa haber noqueado a Abner Mares.

“Ahorita todavía estoy asimilando. Yo sabía que iba a ganar esta pelea, por todo lo que me preparé, pero no sabía de qué manera. Yo pensé que la pelea iba a estar dura, desgastante, iba a salir cortado, hinchado de los ojos, todo adolorido, pero que iba a ganar, eso siempre lo tuve presente. Sin embargo, yo todavía me sorprendo de la forma en que gané, porque nunca pensé que fuera a ser de esta manera, yo pensé que la pelea iba a ser más dura. Pero a veces las peleas más duras se vuelven más fáciles”.

El momento profesional que le ha llegado a Jhonny González es el resultado, asegura, de un nuevo rumbo y una nueva inspiración en su vida personal, esa que lo hizo hacer una escala en su viaje de regreso desde California.

“Vine a Monterrey a ver a mi hija que tiene como un mes y una semana de nacida y a la que no tuve la oportunidad de verla durante toda mi preparación porque estaba concentrado. Yo creo que eso fue una de las motivaciones que me hicieron que entrenara con más ganas para poder regresar a ver a mi hijita como todo un campeón del mundo”.

Y esa inspiración, es por la que Jhonny González quiere ser un campeón pluma duradero, establecido, y enmendar los errores del pasado que lo llevaron a perder su cinturón en su quinta exposición.

“Ya no quiero cometer los mismos errores. El primer error que cometí con Ponce de León fue que me lastimé una costilla durante la sesión del sparring y yo no quise parar la pelea, no la quise cancelar porque yo sabía que iba en una función importante, en la del Canelo, y que eso me iba a dar mucha proyección. Ese fue un error importante que no vuelvo a cometer. Y la segunda situación que me perjudicó fue un tema familiar, ahorita ya estoy feliz con mi actual pareja, pero en ese momento pasaba por un divorcio muy complicado, muy estresante, con jueces, juzgados, pelea aquí y pelea allá. Entonces todo eso es estrés y más cuando hay hijos de por medio, te duele porque estás acostumbrado a estar con ellos todo el tiempo, y de pronto ya nos los ves. Es doloroso”.

Hoy, Jhonny González, campeón pluma del CMB, puede dormir tranquilo. Está feliz sobre el cuadrilátero y, sea causa o sea efecto, está feliz con su familia. Hoy, ya puede festejar, pues su amigo, Abner Mares, ya también se recupera. El poder de un puño rebasa al ring, tiene un impacto en toda una vida, la que hoy vive Jhonny González.

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